Las declaraciones recientes de Lage Tuñas, reforzadas este lunes por la alcaldesa Inés Rey, en las que cerraban la puerta a la posibilidad de que el Concello de A Coruña pagase por los muelles de Batería y Calvo Sotelo, han pillado completamente por sorpresa a la Autoridad Portuaria.
Desde el Puerto no terminan de entender el comportamiento del gobierno municipal, que renuncia a un compromiso adquirido hace ya año y medio sin que, además, se lo haya comunicado de forma oficial.
El proceso, iniciado en febrero de 2021, contemplaba la propuesta de un nuevo convenio por parte del gobierno municipal para el desarrollo de la fachada marítima. Convenio que, dos años después, sigue sin materializarse. Pero es que en octubre de ese año, desde el PSOE coruñés se bloqueó una inversión de la Xunta para crear un ente público que desarrollara los muelles de Batería y Calvo Sotelo financiando la mayor parte de la inversión. El Concello pidió tener la aportación mayoritaria con un 75 por ciento, acuerdo del que ahora Inés Rey y los suyos se bajan de forma repentina.
Explicó la alcaldesa que la situación ha cambiado, sobre todo a raíz de la puesta en marcha del tren a Langosteira: «Pero no lo digo yo, lo dijo el presidente de la Autoridad Portuaria en una entrevista, en la que ha hablado de autosuficiencia, de que una vez desbloqueada esa infraestructura, la viabilidad del puerto exterior garantizaba la titularidad pública de los terrenos. Pues no se hace necesario pagar por aquello que es público. En ese cambio de circunstancias, lo que habrá que plantearse es el desarrollo de los muelles, la apertura de los mismos, que ya se está haciendo, la futura urbanización y esos convenios, manteniendo la actividad portuaria. En el momento actual es evidente que ya no hay que pagar por eso».
No le falta razón a Inés Rey en que el Puerto Exterior está creciendo en tráficos y en actividad comercial, con buenas perspectivas a medio y largo plazo. Tan cierto como que la Autoridad Portuaria arrastra una deuda de 288 millones de euros como consecuencia de su construcción – deuda con el Estado que otros gobiernos municipales como el de Valencia si consiguieron que fuera condonada -. Una deuda que también complica las inversiones necesarias para implantar nuevos proyectos, además de todas las obras e inversiones necesarias de mantenimiento, tanto en el interior como en el exterior.
Eso sin tener en cuenta que el tren a Langosteira no está ni remotamente relacionado con la apertura de los terrenos de Batería y Calvo Sotelo, ya accesibles al público, cuando se prevé que esa infraestructura no estará lista antes de 2026.
La alcaldesa pide dejar de lado las «visiones cortoplacistas» y seguir abriendo el puerto a la ciudad con un proyecto «consensuado con todas las administraciones implicadas». Consenso y, sobre todo, coherencia, es lo que reclaman desde la Autoridad Portuaria, pendientes de unos ingresos que estaban previstos precisamente por los muelles de Batería y Calvo Sotelo para evitar tensiones de tesorería y hacer inversiones que atraigan nuevas industrias y empleos en un acuerdo asumido en su día por el Concello, de acuerdo con la Xunta y Puertos del Estado.