En agosto eran tres semanas y en septiembre ya es un mes. Los vecinos que llaman al 010 para que el servicio de recogida municipal de voluminosos acuda a su domicilio se encuentran con el aviso de una demora de 30 días. El colapso no se alivia y por ahí se entiende la imagen de la ciudad con restos de colchones, sofás o muebles agolpados junto a los contenedores. Aquellos vecinos que necesitan hacer un cambio en sus domicilios deben tener en cuenta que el servicio es más que deficiente. Otra opción es acercarse por sí mismo a un punto limpio, detalle que resulta complicado con desechos son de gran tamaño. El ayuntamiento de A Coruña cobra cada año a los coruñeses 48 millones de euros por la limpieza y mantenimiento de la ciudad.
El Concello se escuda en lo que denomina “huelga encubierta” el pasado mes de marzo para explicar las demoras en la recogida de voluminosos. El comité de empresa de Prezero, concesionaria encargada del servicio de recogida de basura explicó en su día que la empresa “no saca de forma constante vehículos para recoger muebles, enseres y chatarra”, situación que los trabajadores consideran “intolerable”. El Ayuntamiento es incapaz de hacer cumplir a la empresa sus obligaciones. Y los trabajadores del servicio de recogida ordinaria de basuras se lamentan de que tienen que hacer un trabajo que no les corresponde
Mientras tanto, en Pontevedra, donde también tiene la concesión PreZero la recogida de residuos voluminosos se dispara a 22.500 kilos al mes, el doble que hace cinco años. El contrato firmado por el ayuntamiento obliga a Prezero a intensificar la recogida de biorresiduos, siguiendo el mandato de la nueva Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Pontevedra espera habilitar en breve un punto limpio móvil que circule a diario por los barrios de la ciudad, un servicio que ya funciona con éxito en Vigo
En Vigo este servicio, que recorre la ciudad a través de un camión que dispone de compartimentos especiales y está impulsado por gas natural renovable (GNR), estaciona en un espacio debidamente señalizado horizontal y verticalmente con colores verde y blanco. Una vez allí permanece abierto para recoger los residuos que no se deben depositar en los contenedores habituales. Es decir: electrodomésticos, artículos de tecnología, muebles, maderas, neumáticos, aerosoles, metales, bombillas…