“Decidieron hacer las obras unilateralmente. Se le notificó que tienen que adaptar la obra a la normativa”, clamó hace un mes la alcaldesa Inés Rey cuando se le preguntó por el cierre, apenas dos semanas después de abrir, de la tienda de Primor en los Cantones. Rey incidía también en un extremo que entonces parecía grave y que poco después pareció una anécdota y es que Primor, según explicó, realizó obras y abrió su local sin obtener licencia alguna.
Un pequeño detalle.
Un mes después Primor está abierto de nuevo. “Se les notificó que no podían estar abiertos, que tenían que adaptar la obra de reforma de este local a la normativa Pepri tal y como se les había indicado”, detalló Inés Rey en su día. Nada ha cambiado en la fachada. No se ha realizado obra alguna, ni tampoco se ha adaptado a la normativa del Plan Especial de Protección y Reforma Interior de Pescadería y Ciudad Vieja que demanda que la cadena de perfumerías recate la fachada del inmueble número 15-17 del Cantón Pequeño.
Según el Pepri las reformas que se realicen en edificios que se encuentren en este área deben conservar o recuperar las características arquitectónicas y formas originarias del conjunto de la fachada, así como de los elementos exteriores. Por eso Rey incidió en que habría que hacer cambios. No se han hecho y la pregunta que latea ahora es evidente: ¿Quién tiene capacidad como para poder desdecir a la alcaldesa?