El ayuntamiento de A Coruña se ha gastado, por ahora, en torno a 2 millones de euros en un carril bici que un completo estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) califica con “muy malo”. Así lo recoge La Voz de Galicia en una información que incide en que la infraestructura, puesta en marcha por el gobierno de Marea Atlántica y desarrollada por el actual con Inés Rey al mando, es junto a Madrid la que peor red de vías ciclistas tiene. La alcaldesa sostiene que estamos en una ciudad con una “nueva movilidad sostenible”, pero la OCU advierte de que la principal característica del carril bici coruñés es que sirve para pasear junto al mar, pero no para moverse por la ciudad.
La OCU pide a los ayuntamientos de las grandes ciudades que sean más ambiciosos al adaptar el espacio a la circulación en bicicleta. En A Coruña un recorrido por el carril habilitado para ella muestra una sucesión de emboscadas, desde alcantarillas y sumideros a tramos en los que transcurre entre aceras y coches aparcados o, sobre todo por peligroso, las intersecciones de los cruces, donde ya se han producido diversos percances con vehículos.
El carril bici en A Coruña es un guadiana que aparece y desaparece, que serpentea como en la ya conocida como la chicane de la Librería Arenas, paradigma de la chapuza. La diversidad de firmes y asfaltos, la proliferación de bolardos, la mala ubicación de contenedores que invaden el espacio destinado a la circulación. Por el camino se han sacrificado plazas de aparcamiento en espacios donde no sobran. La sensación es la de que todo se ha sacado adelante sin planificación. La consecuencia es que la circulación de bicicletas es reducida. No se ofrece ni confianza, ni seguridad ni operatividad.
La apuesta por la bicicleta es, en cualquier caso, más allá de la incapacidad para plasmarla ampliamente criticada por diversos sectores que entienden que es más útil fomentar el transporte público colectivo en una ciudad en la que uno de cada cuatro vecinos tiene más de 65 años.