La subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas López, hizo balance de las víctimas mortales habidas en las carreteras gallegas este verano, diez en total, de las que la mitad corresponden a personas usuarias vulnerables que no iban sobre cuatro ruedas. Julio y agosto se han saldado con siete personas fallecidas menos que en los veranos de los dos últimos años, en un estío en el que se ha recuperado la movilidad registrada en el 2019, antes de la pandemia.
Por provincias, las vías de A Coruña han registrado seis personas fallecidas (+2), en Lugo no hubo ninguna (-1), en Ourense hubo una (-1), y en Pontevedra, 3 (-6). De las 10 víctimas de este verano el 90% perdieron la vida en carreteras convencionales.
María Rivas ha detallado que las víctimas han sido cinco usuarias de turismo, tres peatones y dos motoristas. Es decir; la mitad han sido usuarias vulnerables, lo que sigue siendo una de las principales preocupaciones por parte de los responsables de la Dirección General de Tráfico y de la Guardia Civil de Tráfico, ya que es una tendencia que se ha estabilizado y contra la que se centran gran parte de las campañas de concienciación y control desarrolladas a lo largo del año. Por ello, insistió en la importancia de proteger a los colectivos vulnerables.
Por franjas de edad, el 40 por ciento de las personas fallecidas tenía menos de 44 años, ya que hubo dos de entre 15 y 24 años, otras dos de entre 25 y 34 años, una entre 35 y 44, dos entre 45 y 54 años, una entre 55 y 64 y otras dos de más de 65 años.
En el mes de julio se registraron cuatro muertes en las carreteras, diez menos que el pasado año, mientras que en agosto hubo seis, tres más que en 2020. El balance global es de siete víctimas menos, lo que representa el mejor balance de mortalidad de la última década, con un descenso del 42 por ciento respecto al año anterior, en el que debido a la situación sanitaria se había producido un descenso significativo en la movilidad.
La subdelegada del Gobierno ha incidido en la necesidad de mantener la política de tolerancia cero, extremando las precauciones y haciendo un llamamiento a la conducción responsable. En este sentido, recordó que los esfuerzos de la DGT y de la Guardia Civil de Tráfico se mantendrán a lo largo del año, con campañas de concienciación y control ya que de hecho la próxima semana se desarrollará una para advertir sobre las distracciones en la conducción, por uso de móviles, navegadores, etc.
De la misma manera, ha significado que preocupa de forma notable el descenso en el uso del cinturón de seguridad y el consumo de alcohol y drogas en la conducción. Respecto al uso del cinturón, la Agrupación de Tráfico impuso entre julio y agosto 1.675 sanciones por no hacer uso de este dispositivo de seguridad, 396 más que en el mismo periodo del año pasado, un 30,96% de incremento. Respecto al consumo de alcohol y drogas, María Rivas ha detallado que en estos meses de verano se han detectado a 3.159 personas que superaban los límites establecidos, lo que representa más del doble en el mismo período del pasado año, en los que se habían detectado 1.551.
El aumento de estos casos en gran parte es debido al mayor número de controles realizados, si bien la tendencia al alza sigue siendo especialmente preocupante. Asimismo, los efectivos de la Guardia Civil han impuesto durante los meses de julio y agosto 35.846 sanciones por exceso de velocidad.