La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, asegura que la inseguridad en el barrio de Os Mallos es “puntual”, así que más de mil vecinos salieron en la tarde de este sábado puntualmente a la calle para denunciar la situación que viven. Pidieron algo que debería ser elemental, que no haya violencia en su entorno, que nadie pueda allanar pisos con total impunidad, que no haya, en definitiva, miedo a salir a la calle.
La situación, ante la que la alcaldesa no ha cesado de poner paños calientes desde que hace un año le empezaron a llegar las alertas por parte de los colectivos vecinales, se ha desmadrado de tal manera que ha llevado incluso a la primera cadena de Televisión Española a enviar a la zona a un equipo de reporteros para hacerse eco de los acontecimientos.
Los vecinos no cesan de pedir soluciones. En verano ya lanzaron la voz de alarma con denuncias de focos de suciedad o en los que se abandonan jeringuillas y desperdicios. También se advertía del fuerte incremento de asaltos y pequeños robos con intimidación o incluso violencia a comercios y viandantes. Quizás por ahí se entienda también el motivo del elevado número de locales comerciales vacíos en la zona. “En Os Mallos hay más okupas, más inseguridad, menos aparcamientos, menos transporte público y menos árboles”, resumen desde el grupo municipal del Partido Popular, que movilizó a sus concejales Rosa Gallego y Roberto Rodríguez para apoyar la manifestación vecinal. No se vio a ediles de Marea Atlántica o el BNG.
Os Mallos ha dejado de ser un buen sitio para vivir. Y la gente, que ha comenzado a organizarse para defenderse por sí misma y ayer se apostó ante alguno de los narcopisos de la zona, pide mayor atención por parte de las autoridades. Quieren mejorar la iluminación y reclaman presencia policial en la zona y, sobre todo, agentes que patrullen a pie tanto por el día como por la noche.
El empecinamiento de los rectores municipales en no articular una policía de barrio ha llegado hasta lo grotesco: esta semana el ayuntamiento anunció que el próximo jueves presentará una iniciativa que ha bautizado como “policía comunitaria”. Y esa puesta de largo será en Os Mallos. “Se trata de fomentar la presencia de agentes uniformados en los barrios”.
Al final, la inseguridad “puntual” propicia que el ayuntamiento rescate la policía de barrio que durante meses negó que fuese necesaria. Pero le cambia el nombre. Lo único que piden los vecinos es que funcione, que el edil Juan Ignacio Borrego haga su trabajo, ponga en la calle a los agentes y que les llame como quiera. Y que cesen robos, trapicheos, agresiones, amenazas y okupaciones para que Os Mallos vuelva a ser el barrio comercial y familiar que siempre fue.