La historia se repite porque nadie hace nada por impedirlo. Los vecinos denuncian inseguridad, el ayuntamiento toma nota, el tiempo pasa y los problemas se recrudecen. No hace mucho se negaba la mayor entre grandilocuentes declaraciones. Ahora se da una patada a seguir con la socorrida alusión a que desde María Pita están en contacto con la Delegación del Gobierno para coordinar a los cuerpos policiales y garantizar una convivencia sin sobresaltos. Primero fue en Os Mallos, luego en el Orzán, ahora es en Alcalde Marchesi. Este martes una pelea entre toxicómanos montó un monumental rebumbio en la zona y desató la indigación entre los vecinos, que están hartos. Mientras tanto, el edil de Urbanismo, Francisco Dinís Díaz Gallego, anuncia que la calle, a la que en su día se calificó como “pionera del modelo peatonal del Gobierno local”, tendrá mucho de “rúa-salón”. “Urbanismo táctico”, le llama Dinís en su twitter.
El hastío llega en una calle en la que jamás se producían situaciones de este tipo y en la que todo cambió cuando un cerebro en el ayuntamiento decidió que había que cerrarla para acometer unas obras de humanización. “Cumprimos unha demanda histórica dos veciños”, explicó la alcaldesa Inés Rey para explicar unos trabajos que enmarcaba en la “quinta ronda peonil” que, según ella iba a cambiar la zona. En eso acertó. La inversión se acerca al millón de euros (975.000) y se sufraga a través de los dondos Next Generation. El proyecto tiene por objetivo, según explicó Rey “a mellora das condicións urbanas do espazo público, así como rexenerar o tecido urbano, con zonas de lecer, paseo e descanso”. “Búscase tamén o benestar e a potenciación do comercio local desta zona e a mellora da mobilidade peonil a través da xeración dun espazo seguro para a cidadanía”, apuntó la alcaldesa. La reforma supondrá la destrucción de bastantes plazas de aparcamiento.
Pero el bienestar brilla por su ausencia. Los vecinos dispararon la alerta hace algo más de una semana y empezaron a recoger firmas para exigir mayor vigilancia en el entorno. Un ayuntamiento proactivo ante los problemas les hubiera dicho que cesasen en ese esfuerzo y hubiera encontrado una solución inmediata. Pero este martes, poco después de las tres de la tarde, las peleas y los altercados volvieron a brotar sin que nadie estuviese controlando la situación. No hay policía, pero al menos, según apuntó Inés Rey, habrá árboles tecnologícos, un ingenio donde se podrán recargar, por ejemplo, dispositivos tecnológicos. No parece, ahora mismo, una buena idea hacerlo.
Mientras todo eso sucede, en el ayuntamiento se trabaja para repetir la selección de la jefa de Seguridad Ciudadana después de que el Juzgado Contencioso Administrativo nº 2 de A Coruña tumbase el nombramiento de Montse Paz, una psicóloga que había ido en la lista electorale de los socialistas sin lograr acta de concejal. La Justicia pide un “nombramiento lo suficientemente motivado” y considera que en el procedimiento no se explicó debidamente por qué creó ese puesto ni por qué se escogió a la mencionada candidata. Había otros tres candidatos, incluido un intendente de la Policía Local, con cuarenta años de experiencia. “No tiene el más mínimo sentido que, a la hora de elegir entre los distintos candidatos, se haya tenido en cuenta las cualidades profesionales de alguien que ha desarrollado su carrera profesional en la Administración Penitenciaria, alejada por completo de las vicisitudes propias del puesto del trabajo que se tiene que desempeñar”, explica la sentencia judicial.
Quizás la seguridad de los vecinos de la ciudad, también la de los pequeños negocios sea lo suficientemente importante como para que la cuide alguien con capacidad para resolver los problemas.