En un principio se sospechaba que el Concello había perdido la primera línea de ayudas europeas para la rehabilitación de edificios municipales por no haberlas solicitado. Resulta que, según el propio gobierno local, sí solicitó esas ayudas, pero su plan no recibió la puntuación mínima para acceder a ellas.
Puede ser complicado establecer la motivación más grave del fracaso, pero el resultado es el mismo: dos edificios como el centro cívico de Labañou y el CEIP Víctor López Seoane se quedarán sin ayudas europeas para su rehabilitación debido a la incapacidad del Concello para elaborar un plan consistente.
Porque hubo otros 402 proyectos que sí resultaron aprobados y, como ya señaló el BNG hace unas semanas, precisamente el grupo que preguntó por esta línea de ayudas, “vimos concellos con 35 puntos sobre un total de 100 que si van obter parte destes fondos”.
No ayuda tampoco la ya tradicional falta de transparencia de Inés Rey y su equipo, cuando ante preguntas de medios como La Opinión en noviembre, rehusó aclarar si no se había presentado a la convocatoria o si simplemente no habían pasado el corte.
Sin ningún tipo de reparo, la respuesta del Concello es simple y, a la vez, evidencia su mala gestión: “La causa más probable de que no fuera concedida la ayuda es que las actuaciones que fueron seleccionadas tenían más puntuación en uno o varios apartados”. Eso sí, señalando que las coruñesas “cumplían con los requisitos de la convocatoria”. Faltaría más.
Mientras, Betanzos recibirá casi 1,5 millones de euros para reformar el mercado de abastos, Cambre rozará los 1,6 millones para rehabilitar el polideportivo de Os Campóns y Arteixo contará con cerca de 200.000 euros para la conversión de la capilla del balneario en sala multiusos.