Lejos de cicatrizar con el paso del tiempo y las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, la herida que está consumiendo de forma interna al PSdeG no para de hacerse más profunda. El caso Martín Seco ha hecho saltar por los aires la impostada paz entre el sector afín a Gonzalo Caballero y los partidarios a la dirección del partido, liderada por un Valentín González Formoso al que cada vez le queda menos gente en su esquina.
El último episodio de tensión tuvo lugar hace unos días en el Comité Nacional Galego del PSdeG, una reunión que servía para hacer balance del año. Seguramente consciente del polvorín que lidera junto a Lage Tuñas, Formoso quiso arrancar con un llamamiento a unión y «dejar de lado cualquier diferencia». Por supuesto, sus ruegos cayeron en saco roto.
Según recoge Nós Diario, el acto estuvo marcado por la discrepancia, con más de la mitad de turnos de palabra solicitados utilizados para, de algún u otro modo, mostrar apoyo a Martín Seco y defender a su compañero ante el expediente firmado por el propio Lage Tuñas, ya remitido a Ferraz, y que puede terminar con la expulsión del secretario general del PSOE de Arteixo.
Hubo voces muy críticas con la dirección que ha tomado el partido desde la llegada de Formoso, poniendo de nuevo sobre la mesa denuncias de purgas internas con el despido de trabajadores del grupo parlamentario e incluso hablando de corrupción en la Diputación. Bernardo Fernández, alcalde de Pontedeume y afín a Formoso, negó de forma rotunda esas acusaciones.
Las voces más próximas a la dirección del PSdeG se mostraron más preocupadas por mantener las apariencias que por afrontar los problemas de cara, apuntando la necesidad de mostrar lealtad y tratar las discrepancias de forma interna y no en los medios o las redes sociales.