Llevaba más rato de telonera del que pensaba y ya no tenía muy claro que música tocar. Inés Rey se subió al estrado y detrás de un cartel que rezaba “Agora Camiña Galicia” le escuchaba el auditorio de la convención socialista que este sábado se celebra en Santiago para lanzar la candidatura de José Ramón Gómez Besteiro a la presidencia de la Xunta. Las butacas reservadas a los prebostes del partido apenas estaban ocupadas por el expresidente de la Diputación de Lugo y fugaz delegado del Gobierno y por el inevitable Lage Tuñas, que aprovechó el vacío para ubicarse un ratito al lado del político al que bautizó como Messi, pero que a él apenas le pasa la bola. Rey estiraba el chicle y no encontraba la manera de despedirse, así que acabó como (muy mejorable) speaker y presentadora de Pedro Sánchez para luego hacer mutis. Antes dejó varias perlas y una dudosa capacidad para tejer discursos con contenido político.
Una Torre de Hércules gigante emergió tras Rey, que alzó los brazos y se confesó ante el auditorio. “Dende aquí ver todo este recinto, todo este anfiteatro cheo de xente, cheo de compañeiros e compañeiras me fai sentir emocionada, honrada e profundamente orgullosa do partido que temos”. Rey habló, gritó, arengó y hasta anticipó la fecha de las elecciones autonómicas: “Tivemos a Laxe, tivemos a Touriño y teremos a José Ramón o próximo trimestre”. Tras cada arenga soltó una risita la alcaldesa de A Coruña. Rey lo dio todo. Agradeció el papel de quienes organizaron la convención y se detuvo en “referentes do progreso e do futuro”, como denominó a “os compañeiros” que coordinaron los textos a debatir en la convención, “un dream team” entre quienes identificó al exrector de la Universidade da Coruña, Julio Abalde o al exministro José Miñones.
La alcaldesa habló de Galicia. “Creemos nas potencialidades que ten o noso país”, advirtió antes de empezar a meterse en problemas. “Galicia son os nosos maiores aos que a Xunta ten abandoados, agora sí, vailles regalar o transporte un rato, que lles queda pa gobernar dos ou tres meses”, una afirmación que se podría interpretar como que una eventual llegada de Besteiro a San Caetano acabaría con esas bonificaciones. Quizás Rey no quería decir eso mientras agitaba los brazos como una mariposa. Pero el caso es que la alcaldesa echó a volar mientras ya todos aguardaban a los invitados y aseguró a quienes le escuchaban que Alfonso Rueda le regalaba una maleta “aos mozos e mozas para que emigraran”. “Iso vai mudar cando o PSdeG goberne a Xunta”, vaticinó.
Rey señaló al Gobierno de Pedro Sánchez en coalición con Sumar como “exemplo en toda Europa” y valoró que su partido es la fuerza política que más gallegos gobierna a nivel municipal. “Afortunadamente para os galegos, afortunadamente”, recalcó antes de lanzarse a describir la labor de la Xunta presidida por Alfonso Rueda. “Hai que explicar esta Galicia de blanco e negro, de postal paternalista, que bota á mellor xeración de homes e mulleres deste país”, clamó la alcaldesa de la ciudad en la que 16.000 vecinos se marcharon entre 2017 y 2021 a vivir en municipios limítrofes.
Ocurrió que la misión de telonera tuvo que alargarse más de lo que aguardaban todos, así que Rey empezó a dar lo mejor de sí misma para que la espera fuese amena. El auditorio entendió que se avecinaba algo grande cuando la alcaldesa se paró: “Por certo, o outro día, así que estamos poucos…”. Sucedió, en efecto lo inesperado: Inés Rey habló de baloncesto. “O outro día salía botando unas canastas [por Rueda]. A ver, un pouco de pudor, que nos temos a Pedro Sánchez e a Besteiro, que son como os dous pivots do Breogán. E o tipo vai alí a botar canastas! Un triple lle vamos a meter! Un triple!”. En ese momento Lage Tuñas tosió.
Rey rememoró el pasado mes de julio, las elecciones generales y como los socialistas desafiaron las encuestas y complicados equilibrios políticos para mantenerse en el poder. Y prosiguió: “Feijóo xa se veía na Moncloa, alí estupendo. Non! Foi posible porque nós fixemos un esforzo importantísimo… bueno nós e Zapatero. Para que non nos gobernara a dereita”, explicó entre la carcajada generalizada. Ya lanzada pidió que ZP venga a la campaña de las autonómicas, agarró la bandera del feminismo y acusó al Partido Popular de hacer una política que no protege a las mujeres que salen a correr de noche por las calles. “Nos están diciendo que non podemos sair tranquilas á rúa porque ninguen nos vai a protexer. Esa é a política do Partido Popular a de que esteamos na casa”
A esa altura en las bambalinas del PSdeG ya empezaban a preguntarse donde estaban los invitados que deberían nutrir las primeras filas del auditorio. Empezaron las miradas hacia las puertas. Una nube de fotógrafos entró en la sala y se colocó en un lateral del escenario en el que Inés Rey hablaba de crispación y de ataques a sedes socialistas. “O que no se pode en política é atacar, insultar, denigrar”, explicó la alcaldesa, que al menos validó la oración. “Mentres recen o Rosario estamos todos salvados”, ironizó sobre la patrona de su ciudad. “Eles que recen, que xa traballamos nos”, concluyó.
Los problemas para darle contenido a su intervención llevaron a la alcaldesa a varios callejones oratorios de complicada salida. “Vou a ir rematando. Somos língua, identidade, cultura, progreso, pero también somos de buen comer. Aquí minimo tres platos! O primeiro foi en maio, frenamos a dereita. O segundo plato foi en xullo, pero quedamos con fame, así que imos polo terceiro prato, o postre, o café, o licor café e o baile con orquesta, con José Ramón Gomez Besteiro”. A esa altura ya pocos miraban a Rey. Un murmullo recorrió la sala y la alcaldesa que asegura que no es azafata del telecupón, en lugar de despedir su intervención y recogerse a su asiento, obedeció a quienes le estaban exigiendo que siguiese de telonera y mudó en speaker. “Damos a benvida a este plenario aos compañeiros que se están incorporando. Chega o noso secretario xeral Valentín González Formoso, acompañada da vicepresidenta do partido e vicepresidenta do Goberno María Jesus Montero”.
El público acabó de virarse, emergió incluso, fugaz, una bandera con las siglas del PSOE. Los aplausos se fueron apagando sin que nadie accediese al auditorio, así que Inés Rey tomó de nuevo el micrófono. “Bueno, esto de anunciar a Valentín e que ten un risco tremendo”, explicó. Nada dijo sobre Montero, pero lanzó una nueva confidencia al aire sobre su relación con González Formoso. “É que pico sempre”.
El micrófono, sin cerrar, recogió las confidencias de la azorada alcaldesa a los organizadores. “Qué siga qué? Poner música”, les dijo justo un segundo antes de volver a dirigirse al auditorio en perfecto castrapo. “Bueno, eh, tengo que aguantar un pouco, Non pasa nada. Agora vivides todos conmigo o que me pasa cando teño que ir á Diputación que mucha risa e ninguén me cree, pero é así”. Desde el público repararon en que quizás era mejor que dejase de hacer ese tipo de confidencias, así que le espetaron a la alcaldesa telonera. “¡Haz cuenta atrás!”.
También le propusieron rezar un Rosario. No lo hizo. Hubo un silencio espeso hasta que Inés anunció a Formoso y Montero de nuevo. Pero quien entró en el auditorio fue Pedro Sánchez. “Y Pedro Sánchez”, gritó Rey antes de dar por cerrada su intervención. “Bueeeno, que más da”, concluyó la alcaldesa de A Coruña cuando pensaba que ya nadie la escuchaba y mientras ya todos los presentes miraban en sentido contrario como Sánchez repartía saludos. El micrófono seguía recogiendo en segundo plano lo que ocurría junto al atril en el que estaba Rey y arrojó alguna pista sobre su peso en el partido: “¿Qué hago? ¿Me quedó aquí?”, preguntó. De inmediato tomó la palabra Besteiro antes de que cerrase el acto Sánchez. Lage Tuñas recordó pasadas experiencias, se escoró hacia la derecha para hacer sitio a los recién llegados y empezaron los discursos con carga política.