Hace unos días era Valentín González Formoso el que apuntaba que no tendría problema en hacerse a un lado si Gómez Besteiro decidía presentarse como candidato a la Xunta de Galicia. Ahora son dos alcaldes socialistas, Inés Rey y Sánchez Bugallo, los que le ponen también la alfombra roja al exsecretario general del PSdeG una vez se ha archivado la última causa judicial que había contra él.
La regidora coruñesa fue clara en su apoyo a Besteiro, aunque no quiere tener mucha voz en el proceso: «El partido debe recuperarlo porque tiene mucho que aportar. Es una decisión que le compete a él». El santiagués, por su parte, va incluso un paso más allá cediéndole toda la iniciativa: «Es él quien debe decidir a qué debe aspirar. Los demás podemos aspirar unos meses».
Estos gestos recientes, que se pregonan como actos de lealtad, sobre todo desde el grupo socialista, pueden verse también cómo formas de evitar responsabilidades en un partido que navega más a la deriva que nunca.
La grave crisis entre los afines a Formoso y los que apoyaban a Caballero ha provocado numerosos enfrentamientos recientes en el seno del grupo socialista, todo con el caso Martín Seco de fondo. Con el PSdeG desplomándose en las encuestas, parece que nadie quiere estar al timón cuando se hunda la nave.
Esas inseguridades también son percibidas por parte de sus adversarios políticos. El último en verbalizarlas fue el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda que ironizó con el ofrecimiento de Formoso a Besteiro: «Es curioso las pocas ganas de algunos de hacerse cargo del PSdeG».