La alcaldesa de A Coruña propició este jueves una monumental bronca en el pleno municipal que acabó entre llamadas al orden y una expulsión del líder de la oposición. Miguel Lorenzo, que no se concretó porque en realidad el pleno ya había acabado. Todo partió de una confusión, un error de Inés Rey que lejos de enmendar decidió enmarañar y huir hacia adelante en dirección a un extraño victimismo. La pirueta que propició la bronca fue tan surrealista que el resumen de lo sucedido es irreal: Inés Rey expulsó al líder de la oposición del pleno municipal cuando un momento antes había dado por finalizado ese mismo pleno. Y lo hizo porque entendió algo que jamás se dijo. Hubiera necesitado el VAR.
La chispa se encendió de manera inopinada. Miguel Lorenzo estaba en el uso de la palabra para preguntar al gobierno local que hace ante el Gobierno central para solucionar los habituales problemas que sufren los ciudadanos coruñeses por retrasos, falta de plazas o averías de los trenes que recorren el eje atlántico. “Vexo que hai moito aspirante frustrado ás Cortes”, replicó el portavoz socialista José Manuel Lage Tuñas en su respuesta a Lorenzo, que en un determinado momento de su intervención aludió a lo que calificó como “pactos de la vergüenza” del gobierno de Pedro Sánchez y apuntó: “Nos gobiernan desde Waterloo, nos gobierna un prófugo, un delincuente” (3h:15mn en el vídeo del Pleno).
Resultaba evidente que Lorenzo se estaba refiriendo a Carles Puigdemont, condenado en su día y autoexiliado a Bélgica y sobre el que Pedro Sánchez aceptó incluso este mismo mes que es un “prófugo”. El edil del PP iba en esa línea, pero Inés Rey, que preside los plenos sin intervenir, concede la palabra y mide tiempos, estaba cacharreando con el teléfono móvil mandó parar tras la intervención de Lorenzo para advertir ante el estupor de propios y ajenos: “Señor Lorenzo, entendo o favor da batalla e do discurso. Chamarlle delincuente ao presidente do Goberno é a primeira e a última vez que o fai neste Pleno. Se pode facer crítica política, pero non se pode chamar delincuente ao presidente do Goberno”.
Lorenzo quiso advertir a la alcaldesa de su error. “Perdone, pero yo no he llamado delicuente ao presidente do Goberno”. Rey se enrocó: “Non ten a palabra. Non é un diálogo. Ha dicho que nos gobierna un delincuente”.
“Perdone, pero yo no he llamado delincuente al presidente del Gobierno. He llamado delincuente a Puigdemont, que es quien nos gobierna”, insistió Lorenzo entre empellones, porque Rey no le dejó hablar y envió el debate en otra dirección no sin antes llamar al orden al concejal Gonzalo Mora, que también quería hacerse entender. “Chamada ao orden. Chamada ao orden”, gritó por dos veces la alcaldesa. “Estou dirixindo o debate. Son a presidenta da corporación e vostede non está na bancada para comentar o que eu digo. Leva unha chamada ao orden”, resonó.
El debate prosiguió. Pero unos minutos después la crispación seguía en el ambiente tras un agrio intercambio de opioniones entre Lage y el viceportavoz del PP, Roberto Rodríguez. Así que Rey volvió a tomar la palabra antes de despedir el pleno y dar paso al escaño ciudadano. “Remato cun profundo sentimento de pena”, apuntó antes de arrogarse que en el tiempo que lleva como alcaldesa había conseguido acabar con el clima de tensión “que viña de atrás”. “Conseguimos un clima de respeto entre concelleiros e concelleiras e sobretodo de respeto aos coruñeses”, clamó Rey en un tono elevado para recordar que nunca había tenido que llamar al orden a un concejal y que Mora había estrenado el marcador.
A partir de ahí todo se precipitó. La alcaldesa empezó a vocear hasta el punto de comparar la cámara de representación popular con una charanga: “Esto e o Concello da Coruña, non unha charanga ou o Congreso dos Diputados onde todos interrumpen”. Rey entiende que en sus plenos cuando habla ella callan los demás y pidió una reflexión a los ediles de la oposición antes de asegurar: “Non nos van a arrastrar polo barranco da demagoxia”.
Miguel Lorenzo intentaba explicarse sin éxito. La alcaldesa estaba encendida. “Fagan o que consideren. Non sou a sua Nai e non lles teño que explicar as mínimas normas de urbanidade. Exercerei a miña labor (sic) como presidente”, espetó. “Por alusiones…”, pedía Lorenzo para que le diesen la palabra. “Non eran alusiones. Eran reflexiones”, gritó Rey. “La autocracia ha llegado a este ayuntamiento”, replicó Lorenzo también en voz alta. La alcaldesa ahí no le quitó la razón. Le llamó al orden una vez. “La autocracia ha llegado a este ayuntamiento”, volvió a insistir Lorenzo. Así que llegó una segunda llamada al orden. “Puede llamarme una tercera”, le dijo el edil del PP, que jamás se había visto en una igual. Llegó la tercera. “Por favor abandone el pleno”. (3h:57m en el video)
Pero el pleno había acabado. Así se lo hizo ver Lorenzo a la agitada alcaldesa a la que advirtió de que como el pleno del que habia sido expulsado había sido dado por terminado por la alcaldesa iba a permanecer en su sitio para escuchar al ciudadano que iba a hablar desde el escaño reservado a la población. Fue entonces cuando Inés Rey pisó el freno. Había expulsado al líder de la oposición del pleno municipal cuando un momento antes había dado por finalizado el pleno. Y lo hizo porque entendió algo que jamás se había dicho. Así que dio paso al escaño ciudadano y tras él se marcharon todos a comer.