El mandato del diálogo que anunciaba Inés Rey se ha ido por el desagüe de unos modos y maneras que sufren incluso quienes se supone que debían de ser los principales apoyos de la alcaldesa. Los continuos desprecios que sufren algunas de las personas que integran no sólo la agrupación socialista coruñesa sino el propio gobierno local están a la orden del día. Uno de los últimos episodios lo sufrió la edil Esther Fontán, responsable de Medio Ambiente, que en su día ya había sido estado en el punto de mira de la intransigencia de la alcaldesa y su escueto grupo de colaboradores.
Fontán habló en la agrupación socialista coruñesa el pasado día 17. Era la fecha prevista para que participase en el ciclo de charlas organizadas con la idea de que los ediles del gobierno local explicasen ante sus afiliados el trabajo realizado durante el mandato que está a punto de cerrarse. Pero ese día estaba vigente una alerta roja por temporal que la propia Inés Rey se había encargado de difundir en redes sociales. “Máxima precaución e #sentidiño”, pregonó la alcaldesa, con hashtag, eso sí. En público y en privado se encargó de aconsejar que lo mejor era quedarse esa tarde al calor del hogar.
A alguien coherente se le ocurrió plantear que, vista la situación, quizás también tenía #sentidiño aplazar la charla de Fontán en la sede socialista. Pero la lógica no se impuso porque Rey y su equipo se negaron al aplazamiento. “A Esther le hacen la vida imposible y ante la alerta roja se les ocurrió que era una buena oportunidad para humillarla con una escasa asistencia de público a su charla”, explica una fuente consultada por diSÍnoticias. “Pensaron que la gente se iba a quedar en casa, que era lo aconsejable por el temporal, pero acudió tanta como cuando habló Lage. Y eso que entonces llamaron a capítulo a todo el mundo. Aún así mucha gente que hubiera ido a escuchar a Esther Fontán decidió quedarse en casa debido al mal tiempo”.
Otras charlas se aplazaron por coincidir con el fútbol
“Lo más escandaloso es que otras convocatorias se aplazaron porque coindicían con partidos de fútbol. Pero por un alerta roja no tuvieron la decencia de hacerlo”, concluye una tercera fuente consultada. Casi medio centenar de militantes socialistas desafiaron la alerta y se personaron en la sede de Zalaeta. Inés Rey estaba en Madrid. De su valido José Manuel Lage Tuñas no hubo noticias.
Fontán había acabado en su día en un hospital tras un altercado en pleno ayuntamiento con quienes detentan el control en el gobierno local. Meses después se hizo fuerte para impedir que el edil Francisco Dinís Díaz Gallego le dejase sin hablar en el homenaje a Pucho Boedo en las fiestas del Ventorrillo. A nivel interno, tanto a ella como a la concejala Diana Cabanas les han reprochado en diferentes ocasiones, y con muy malos modos, su buena sintonía con ediles de la oposición, con los que mantienen una excelente relación.
No es una cuestión ideológica sino de bonhomía, cordialidad y nobleza.