La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, ha calificado las medidas sanitarias anunciadas por el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, con una larga biografía en gestión sanitaria y asesorado por un comité de expertos, de «incoherentes, contradictorias e improvisadas2 y ha confirmado que la capital herculina habrá una «cabalgata dinámica» y no estática, como aconseja la Xunta.
Inés Rey demuestra así que sabe de todo mientras su ciudad, que sigue sin presupuestos, sin atisbo de sacarlos adelante y con un creciente problema de delincuencia en barrios que ya son la comidilla de los programas de televisión nacionales. Eso por no hablar de los problemas de tráfico, especialmente graves estas navidades y que se han acentuado por la pérdida de plazas de aparcamiento y la inexistencia de agentes de la Policía Local que puedan ayudar a regularlo debido al conflicto que mantienen con el Ayuntamiento.
Por eso sorprende la osadía de Rey, abogada de profesión y completamente desaparecida de la gestión de la pandemia durante los últimos veinte meses. «Lo que se hace es adoptar una batería de ocurrencias», ha expuesto en una rueda de prensa para valorar las nuevas restricciones y recomendaciones anunciadas tras el comité clínico. «Del toque de no queda mejor ningún comentario», ha señalado también al considerar que es difícil de «entender» como alguien puede salir con una amiga a cenar y luego ir a tomar algo en un pub, sin hacer uso de la mascarilla en el consumo de comida y bebidas, y luego «no se puedan acompañar a casa».
Para la alcaldesa Rey, «lo que hay que hacer es reforzar el sistema sanitario, la Atención Primaria y los rastreadores», algo que ha planteado coma una exigencia al Gobierno gallego. En este sentido, ha considerado que han tenido «dos años» para hacerlo, en referencia al inicio de la pandemia. En concreto, ha reprochado a la Xunta que no haya «preparado el sistema sanitario» para un nivel de contagios como el actual. «Los ciudadanos han cumplido sobradamente todas las medidas», ha añadido.
El reproche suena a pintoresco la misma semana que se ha conocido cómo Rey y sus principales aliados, José Manuel Lage y Yoya Neira, están haciendo todo lo posible para torpedear la ampliación del CHUAC al ceder una parcela afectada por las obras para una oenegé que lleva años esperando por una solución a sus problemas y que podría reubicarse en decenas de parcelas por toda la ciudad. Sobre las nuevas restricciones en Fin de Año, la alcaldesa de A Coruña ya augura una noche problemática en la ciudad porque, en su opinión, incentivarán las fiestas de carácter privado, de las que ha dicho que es «muy díficil el control». «Trataremos de cumplir con nuestros limitados medios», ha añadido. La policía local tiene una plantilla de 350 agentes.
En cuanto a la cabalgata, ha rechazado la posibilidad de que en una ciudad como A Coruña, por su tamaño de población, se pueda hacer una estática. «Provocará aglomeraciones de gente donde se instale y el control es complicadísimo», ha argumentado. Políticos de todos los colores de las principales ciudades españolas, excepto Madrid, han acordado la suspensión de estos desfiles. Todas excepto Madrid, feudo del Partido Popular. Pese a ello, Inés Rey ha dicho que en A Coruña se hará una dinámica, de tres kilómetros de recorrido y que partirá del mercado de Sardiñeira para concluir en la plaza de María Pita, con control de aforo.
«Se tomarán medidas para garantizar la seguridad», ha indicado la alcaldesa, quien ha dicho que se reforzará la vigilancia sobre el uso de la mascarilla. En relación al uso de la misma en el exterior, ha manifestado que hay decisiones «complicadas de entender», aludiendo en particular a las personas que van solas por la calle. Al tiempo, el lider socialista Pedro Sánchez va en sentido contrario.
Rey ha apelado al «sentido común» de los que asistan a la cabalgata y a su responsabilidad. La regidora ha confirmado que se ha reducido el número de figurantes con exigencias como test de antígenos 24 horas antes o la de certificado covid, detalle que ya se sabe que no garantiza la ausencia de contagios. En definitiva, la recién descubierta vocación de epidemióloga de la alcadesa resume su receta en una máxima: toda la responsabilidad para los ciudadanos y que cada uno haga lo que pueda.