La presentación del programa económico de Inés Rey al tejido empresarial de A Coruña supuso un severo varapalo para la alcaldesa, que apenas pudo congregar a nueve invitados, entre ellos representantes de dos constructoras viguesas que suelen trabajar con el Concello, para completar la nutrida corte de militantes y candidatos que reclutó el partido y barnizar un acto celebrado en la mañana del viernes en un hotel de Matogrande. Alguno de los presentes había estado 24 horas antes en un evento similar organizado por la candidatura de Miguel Lorenzo y no pudo evitar la comparación. El candidato de la oposición a Rey llenó un salón en el Monte de San Pedro con capacidad para 150 personas.
La alcaldesa reunió a todos los presentes en torno a una única mesa. El batacazo fue recibido en las filas socialistas con desasosiego. Y Rey capeó como pudo la situación aunque algunas de sus propuestas sonasen tan descabelladas como la idea de presentar un plan de desarrollo 2025-2060.
En efecto, la alcaldesa de A Coruña, cuya labor según una encuesta del Quincemil está peor valorada que la de Javier Losada, presentó un programa económico que apunta a cuando tendrá 78 años y anunció, sin concretar, una serie de incentivos fiscales que no fue capaz de poner en marcha en los últimos cuatro años.
Rey habló, ante el estupor de su chato auditorio, de infraestructuras que prometió hace cuatro años y que ahora vuelve a prometer tras no cumplir su palabra, de la Cuarta Ronda o del Vial 18. Habló del puerto interior, cuyo desarrollo ha mantenido bloqueado durante años después de prometer su adquisición y después desdecirse a través de su portavoz Lage Tuñas, presente también en el conciliábulo de Matogrande.
Volvió a salir a la palestra el anunciado consorcio metropolitano de transportes anunciado hace cuatro años y que ahora Inés Rey vuelve a asegurar que será realidad. Las buenas voluntades se completaron con el anuncio de una “oficina municipal de proyectos” y la intención de que Alvedro sea una “base aérea internacional”. Rey pidió al tejido económico de la ciudad, en definitiva, una colaboración que considera “necesaria”. Pero su credibilidad está bajo mínimos. Y este viernes le quedó claro. También a sus responsables de campaña, que decidieron obviar la reunión y no dejar rastro de ella a través de las redes sociales.