El presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, asegura que es un firme defensor de la atención presencial para evitar la exclusión financiera de los mayores, sobre todo en Galicia, donde una de cada cuatro personas tiene más de 65 años. Así lo recalcó el banquero venezolano en el curso de la jornada “Diálogos con el sector bancario por el progreso económico y social”, organizada en Santiago de Compostela por las patronales del sector bancario AEB, CECA y Unacc y enmarcadas en la reunión informal del Consejo de Economía y Finanzas de la Unión Europea.
Varios concellos del envejecido medio rural gallego han protestado por el cierre de oficinas de Abanca. El cierre de oficinas en Abanca alimentó varias manifestaciones en entornos en los que se ha dejado a la población sin acceso a sucursales bancarias físicas, que son justamente las útiles para las personas mayores pues no manejan tan bien las nuevas tecnologías o los cajeros. Así sucedió en Vimianzo, Zas, Cerdido, Fene, A Baña o Campo Lameiro.
Varios alcaldes encabezaron hace ahora dos años una concentración de protesta a las puertas de la sede de Afundación, en A Coruña. «Somos parte dos afectados -aseguraba Manuel Muíño, alcalde de Zas-, pero non os únicos». La Xunta ha decidido tratar de paliar el cierre de oficinas subvencionando la sustitución de sucursales por cajeros automáticos. Abanca se beneficia de esas ayudas. «Están forzándonos a falar cun caixeiro ou cunha banca electrónica para o cal non todos os veciños teñen a disponibilidade ou o coñecemento», lamentaba en aquella manifestación la alcaldesa de Vimianzo, Mónica Rodríguez.
Pero ante tan granado auditorio en Compostela, Escotet reivindicó el papel del sector financiero para apoyar la inversión empresarial y facilitar el consumo de las familias y recalcó el esfuerzo de la compañía que preside para afrontar la dualidad actual de los clientes (un cliente digital y otro más analógico) y mantener la atención presencial en pequeños municipios de Galicia. “La atención presencial debe evitar la exclusión financiera en una comunidad tan envejecida y marcada por la dispersión poblacional como Galicia”, explicó. Todo ello pese “al reto” de mantener los servicios en las zonas rurales de la comunidad, donde “el 98% de los municipios tiene acceso efectivo porque Abanca hizo el esfuerzo de mantenerse en 177 municipios de los que se habían marchado el resto de entidades”, deslizó.
Las entidades bancarias se comprometieron el pasado mes de marzo a mantener las libretas de ahorro para los mayores de 65 años tras llegar a un acuerdo entre Gobierno, representantes de las asociaciones bancarias, de las asociaciones de consumidores y del Banco de España. Pero el cumplimiento de dichos compromisos es muy diferente por entidades según se recoge en un estudio publicado por la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). Así, Abanca es la que sale peor parada en la comparativa por entidades. Tan solo un 7,30% de sus clientes mayores asegura que puede seguir usando libreta de ahorros. Es el único banco de España con porcentajes por debajo de los dos dígitos. Y contrasta con el 73,9% de los clientes mayores de CaixaBank que sí usan su libreta con normalidad, los 66,9% de Unicaja o los 61,10 de KutxaBank.
La Asociación de Usuarios Financieros apunta que de todas las entidades financiera que operan en España son los clientes mayores de Abanca (que son unos 600.000, una tercera parte de sus clientes) son los que se han encontrado con más limitaciones, por ejemplo, de horario. De hecho, un 24,90% declaran tener restricciones de horario para realizar sus operaciones de caja físicamente en las oficinas. Galicia, donde Abanca cuenta con más de 430 oficinas, es la comunidad que señala más problemas con el horario, con un 20,20%, mientras que la Comunidad Valenciana es la que menos, con un 10,20%.
Además, un 42,10% de los clientes mayores de Abanca declaran no haber recibido ninguna ayuda por parte los empleados de la entidad para poder hacer operaciones, por ejemplo, en el cajero. Esto son 12 puntos porcentuales más que la media y 24 puntos porcentuales más que la entidad que más ayuda brinda a sus clientes mayores, CaixaBank.
“La fuerte posición de Abanca en su territorio hace que, de nuevo, este mal servicio repercuta en que Galicia sea la Comunidad Autónoma donde, con diferencia, los empleados de banca den menos asistencia personal a sus clientes mayores”, concluye Asufin en su estudio. En la misma línea, Abanca coincide con la entidad que menos ha implantado la figura del asesor personal, con la que el sector quería garantizar la atención especializada y preferencial. Tan solo un 18,10% de los clientes mayores de Abanca manifiesta en la encuesta de Asufin contar con un asesor personal a su disposición. Un porcentaje que se eleva hasta el 41,10% de CaixaBank o el 39,90% de KutxaBank.
Abanca apuntó hace ahora un año que no cerrará ninguna oficina en los 134 concellos de Galicia en los que no existe ningún otro banco. Abanca está presente en el 85% de los municipios gallegos, lo que supone, según informa la entidad bancaria, llegar al 97,7% de la población.