Por mucho que se empeñe Inés Rey hacer brindis al sol asegurando que A Coruña tendrá nuevos presupuestos para 2023, cada día que pasas parece más complicado que esas cuentas existan. Esta semana se celebró el último Pleno del año en el Concello herculino y cuando apenas quedan un par de semanas, no hay rastro de esos presupuestos.
No hay rastro público y tampoco en privado, donde hasta Marea Atlántica, socio preferente del PSOE durante toda la legislatura confirma los nulos avances en el tema: «No tenemos indicios de una negociación presupuestaria», apunta María García.
Es precisamente este grupo, el que ha servido de muleta al gobierno socialista en los últimos años, el que se mostró más crítico con Inés Rey, a la que la propia García acusó de «ter a casa sen varrer a 12 de decembro. Nin se cumpren os acordos asinados, nin se executa o orzamento en vigor, nin se presenta un novo. nin sequera temos aínda resolta a continuidade dos convenios coas entidades sociais en 2023, cousa que lle insto a facer canto antes».
En ese mismo sentido mostró también su preocupación el Partido Popular, que además de señalar la importancia de mantener la colaboración con entidades y asociaciones, lo fundamental de concretar las inversiones en los barrios y el dinero necesario para los accesos al novo CHUAC.
El PSOE gobierna en minoría y por lo tanto debe llegar a un acuerdo con el resto de grupos para sacar las cuentas adelante. En este mandato ya ha habido unos presupuestos prorrogados, los de 2021, mientras que los de 2020 y los de 2022 fueron aprobados con el apoyo de Marea Atlántica, que recientemente ha elevado su tono crítico con el gobierno municipal.
La respuesta por parte del Concello, en palabras de Lage Tuñas, fueron promesas: «Por este gobierno no va a quedar». Tuñas evidenció que, para los socialistas, pesa más ahora mismo el factor político que el bienestar de la ciudad al asegurar que es un periodo «muy cercano a las elecciones» y que prefieren esperar a saber si hay «voluntad real» por parte de la corporación para aprobar las cuentas.