La confusión y las molestias siguen siendo parte del día a día del entorno del Mercado de San Agustín desde la última reforma de la plaza por parte del gobierno municipal. En su continua guerra contra los coches, el Concello llevó a cabo una “transformación radical” en la que apostó por ganar espacio para los peatones sin reparar en que se trata de una zona por la que deben circular decenas de automóviles por exigencias del propio mercado.
Una vez más, se cometió un error en fondo y forma que tiene mucho que ver con no escuchar a la ciudadanía. Las plazas de aparcamiento han pasado de 72 a menos de 30 y las zonas de carga y descarga son mínimas. A esto hay que unir que la disposición de mobiliario urbano complica la circulación o el propio estacionamiento.
Y cuando hay confusión para los vehículos, automáticamente se convierte también en un peligro para los viandantes. El día a día en el entorno se ha convertido en un caos para todos los trabajadores que tratan de llevar a cabo su actividad. Al mismo tiempo, los usuarios de la plaza tienen que andar con especial atención para no ser atropellados.
Porque en esta renovación, el Concello tampoco tuvo en cuenta la necesidad de delimitar claramente qué espacio era para peatones y qué espacio quedaba restringido para los coches. Así, a diario pueden verse escenas como las de la imagen superior, con vehículos ocupando lugares que no le pertenecen, pero a los que llegan por necesidad – en caso de los trabajadores – o por falta de señalización.
El malestar ha llegado a la corporación municipal, donde desde el BNG han querido mostrar su preocupación por la “invasión da zona en teoría habilitada para as personas viandantes” y le reclaman al gobierno municipal si es consciente del problema. Avia Veira reclama tambíen reforzar esos espacios de carga y descarga “non só para as praceiras e praceiros, senón tamén para o comercio local da contorna”.