El resultado de las elecciones gallegas del 18 febrero se salda con la quinta mayoría consecutiva del Partido Popular, la primera con Alfonso Rueda al frente, un fuerte crecimiento del BNG, que ha concentrado el voto por el cambio aunque de forma estéril, una caída a mínimos históricos del PSdeG y la entrada en la cámara autonómica de Democracia Ourensana. Aunque gana votos respecto a 2020, el PP pierde dos escaños, de 42 a 40, con el 98 % escrutado.
Al igual que en 2009 la victoria de Núñez Feijóo en Galicia le dio un impulso determinante a Mariano Rajoy en su carrera hacia la Moncloa, este domingo la victoria de Alfonso Rueda puede hacer lo mismo con su antecesor en Galicia o, al menos, consolidar su liderazgo en el partido y acallar las voces que lo ponían en cuestión.
La importante subida del BNG consolida a la fuerza nacionalista como alternativa al PP pero la caída de su potencial socio, el PSdeG y la fragmentación de la izquierda han impedido la alternativa. Ana Pontón, que lideraba por tercera vez la candidatura del BNG, ha llevado a la fuerza nacionalista a cotas históricas. En el socialismo, la candidatura de José Ramón Gómez Besteiro, que fue presentado como “el deseado” por su equipo y fue respaldado por Pedro Sánchez y todos los ministros de manera contundente durante la campaña, se ha estrellado en las urnas ante un electorado altamente polarizado que ha apostado por los nacionalistas como opción para liderar un eventual cambio que no se ha producido. Los socialistas, con 9 escaños, han caído a su mínimo histórico, tras una bajada sostenida de los últimos años, que los había dejado en 14 actas en 2016 y en 2020.
Democracia Ourensana, la fuerza populista del alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ha logrado entrar en el Parlamento por primera vez en su historia, si bien este éxito no es lo determinante que le gustaría a la formación, que no será decisiva para la conformación del gobierno autonómico.
Sumar se ha quedado a mucha distancia de lograr entrar en O Hórreo, con menos del 2 % de los votos. Ni la apuesta de Marta Lois como candidata, que renunció como portavoz parlamentaria en el Congreso, ni la implicación de Yolanda Díaz y los ministros de su formación han conseguido ese escaño al que aspiraban para conformar un eventual ejecutivo de coalición con BNG y PSdeG.
Vox se ha quedado muy lejos de lograr un escaño en el Parlamento gallego, lejos del 5 % en todas las provincias, mínimo para intentar optar a un escaño. La presencia constante de Santiago Abascal y de otros dirigentes nacionales no ha ayudado a remontar a esta formación, que sigue sin poder entrar en el parlamento gallego, el único autonómico del que está ausente.
Podemos, que finalmente decidió no concurrir con Sumar, se ha probado por primera vez en solitario en la comunidad con un resultado que no deja lugar a dudas y es el abandono de un electorado que ha apostado por otras formaciones. Cosecharon con un paupérrimo 0,3 %.
Aunque la participación del voto de los residentes en el extranjero (CERA) ha aumentado respecto a los comicios de 2020, apenas han votado 29.300 personas (6,15 %) sobre un censo de 476.514, el 17,7 % del total de las personas que tenían derecho a voto. Está por ver el impacto de estos votos y si pueden mover algún escaño, aunque no parece probable. El recuento comienza el lunes 26 de febrero.
La primera fecha importante institucional tras las elecciones de este domingo será el próximo 18 de marzo a las 11 horas, cuando se celebre la sesión constitutiva de la duodécima legislatura del Parlamento autonómico gallego.