El pasado mes de mayo el alcalde de Elche, una ciudad con un número de habitantes similar al de A Coruña, anunció un importante acontecimiento político. A Carlos González Serna, regidor de la capital ilicitana, le preocupaba hacer ver lo que el aprecia como voluntad de su gobierno por fomentar la participación, la transparencia y el control político, así que con la pompa de las grandes ocasiones anunció la inclusión en los plenos municipales del “escaño 28 o escaño ciudadano”, una puerta abierta a que los ciudadanos se expresen y lleven sus inquietudes hasta la moqueta política.
El escaño ciudadano cumple mañana seis años en A Coruña. El 10 de septiembre de 2015 se abrió, al poco de iniciarse el mandato de la Marea Atlántica. Xulio Ferreiro elevó la medida a la categoría de “histórica” y abundó en que la ciudadanía llevaba décadas esperando algo así. El tiempo demostró que la ciudadanía vivió, vive y seguirá viviendo sin pasar por el salón de plenos de María Pita. Quizás porque tampoco le resolvieron mucho con ese brindis a lo que el entonces alcalde de la ciudad calificó como “cambio na forma de gobernar a cidade”.
Al final, el ciudadano que quiere ejercer de concejal en A Coruña debe ceñirse a preguntar por temas concretos de ámbito municipal y cubrir además una petición previa en la que apunta por escrito cual va a ser la cuestión que planteará. En Elche el alcalde decidió que quienes se sentasen en el escaño 28 fuesen los primeros en hablar en los Plenos una vez acabada la exposición del gobierno local que se encarga de abrirlos. En A Coruña a quienes se sientan en el escaño ciudadano se les obliga a digerir farragosos debates. Alguno de los intervinientes han llegado a aguardar más de seis horas para tomar la palabra. No han sido pocos los que decidieron irse mediada la espera.
Así que la idea de abrir ese espacio a la gente acabó por languidecer. En el estreno se cubrieron los diez espacios dispuestos para ciudadanos que quisieran expresarse en el corazón del Palacio Municipal. Con el paso de los meses se convirtió en normal que el escaño se quedase vacío.
Pero de cara al pleno que se celebra este jueves sonaron las fanfarrias porque entró una petición. La firmó Laura Rodríguez Sastre, licenciada en Derecho y master en Administración de Empresas y en Administración Financiera y Tributaria. Fue además tesorera del ayuntamiento de Oleiros, donde es técnica de gestión tributaria. En abril de 2015 decidió presentarse como número 2 en la candidatura del PSOE a la alcaldía de Oleiros. Su puesta de largo suscitó tanto interés que a ella asistieron José Luis Méndez Romeu, Salvador Fernández Moreda o Luis Vázquez Rodríguez, anterior alcaldable socialista en el feudo de Gelo, ahora jefe de Servicio de Régimen Interior en el ayuntamiento coruñés.
Rodríguez Sastre habló muy claro en su trayectoria política. Quizás por eso no duró ni un año. En enero de 2016 presentó su renuncia desencantada por los escollos que encontró dentro de las filas socialistas para ayudar a impulsar “un proyecto metropolitano que sentase las bases de un crecimiento sostenible en el área de A Coruña”. En su despedida aludió a un sentimiento de “infructuosa y estéril actividad política” y a “la imposibilidad, a todas luces, de llevar a cabo las ideas, planteamientos y proyectos” por los que recibió los votos de la ciudadanía. Así que, por coherencia, dimitió y dejó su escaño (que no era ciudadano, sino orgánico) al siguiente.
El pasado 31 de agosto, Laura Rodríguez Sastre registró una petición para participar en el pleno municipal de A Coruña a través del escaño ciudadano. Y adjuntó la pregunta que iba a plantear. En la comisión de portavoces celebrada este martes en el salón rojo del palacio municipal, y que se solventó en apenas diez minutos, la alcaldesa Inés Rey advirtió a los presentes que en Pleno no se iban a formular preguntas desde el escaño ciudadano. La portavoz del Partido Popular, Rosa Gallego preguntó por lo ocurrido, porque se conocía la existencia de una petición. Inés Rey zanjó el asunto apuntando que desconocía los motivos de denegación por parte de la Concejalía de Participación, de la que es responsable la edila Eudoxia Neira, “Yoya”.