En el pleno del Concello de A Coruña del pasado jueves la alcaldesa Inés Rey leyó nada menos que cuatro declaraciones institucionales, la primera de ellas versaba sobre el Día Internacional de la Mujer, así que Rey adoptó un gesto grave para leer las líneas que le escribieron. “Comprometémonos a lograr a igualdade de xénero en todas as áreas, especialmente para as mulleres que máis complicado o teñen”, leyó Rey este jueves antes de iniciar el pleno. Y apuntó en concreto “ás mulleres con discapacidade”. Este viernes David Soto, edil del BNG, publicó en redes sociales una reflexión: “Produciume moita tristeza que onte unha concelleira do PP con mobilidade reducida acabase de ler un rogo oral (por quinta vez!) entre bágoas para solicitar que o Concello da Coruña sexa accesíbel. Como ben dicía, a casa das e dos coruñeses ten que estar dispoñible para todxs!”.
Soto se refería a la concejala Rosalía López, que una vez más pidió que se garantizasen sus derechos y recordó que las administraciones públicas deberían ser un ejemplo. “Por quinta vez, e para vergoña deste goberno municipal, realizo o seguinte rogo: dotar de accesibilidades universal o edificio do Concello incluíndo as dependencias adxudicadas aos grupos municipais e o cambio do elevador da entrada que non permite o acceso a moitos usuarios de cadeiras de rodas automáticas debido ao seu tamaño negándolle a entrada na casa de todos os coruñeses e coruñesas a ditas persoas”. El espacio donde trabaja a diario el Partido Popular está flanqueado por más de veinte empinadas escaleras.
Rey miró al tendido circunspecta (así lo muestra la imagen que encabeza esta información). Quizás ya va siendo hora de que solucione ciertas situaciones. “Queda moito por facer, as institucións xogan un papel fundamental na loita das mulleres polos seus dereitos”, había explicado al inicio del pleno, antes de concluir: “Instamos a garantir a presenza de mulleres nos ámbitos da vida pública”. Desde su escaño en la segunda fila de las huestes socialistas le observó Diana Cabanas.
Cabanas no habló en el pleno. Tampoco lo hizo en el anterior. Su relación con el puente de mando municipal no atraviesa por su mejor momento y ya hay quien se anima a apuntar que puede acabar tan ninguneada como antes lo hicieron dos mujeres que integraban el gabinete de Inés Rey.
Eva Martínez Acón fue la primera mujer a la que le quitó voz la alcaldesa Rey. Y no era una cualquiera, sino la secretaria general del partido en la ciudad. Primero la apartó del gobierno, donde Martínez Acón tenía la competencias delegadas en Empleo, Formación, Innovación e Industria. Lo hizo, explicó, por una presunta “nula dedicación” de la edil. A Acón le invitaron a abrir la puerta y marcharse. No lo hizo y estuvo dos años y medio en la bancada socialista sin que le diesen pie a intervenir en los plenos, laminada y orillada hasta el final del mandato.
Esther Fontán, concejala de Medio Ambiente entre 2019 y 2023, fue la siguiente mujer damnificada por el gobierno Rey, también invitada a abandonar su acta de concejal y protagonista de una discusión interna tras la que tuvo que ser atendida en un hospital coruñés tras una crisis de ansiedad. Fontán mantenía una excelente relación con Diana Cabanas, de la que se especulaba con que iba a tomar el camino de salida junto a su amiga, pero en un giro de última hora logró entrar en la candidatura socialista a las últimas elecciones municipales. Ahora deberá levantarse de esta caída en desgracia.