Varios centenares de personas, convocadas por los ayuntamientos de A Baña, Vimianzo, Zas, Fene y Cerdido, se han manifestado en los Cantones de A Coruña en una protesta contra el cierre de las oficinas de Abanca en dichos municipios. La movilización ha contado con la presencia de los alcaldes de esos ayuntamientos y con el apoyo de formaciones sindicales y políticas como el BNG, PSdeG y el sindicato CIG.
La manifestación se ha iniciado a las puertas de la fundación de Abanca y ha terminado en la oficina central de dicho banco en San Andrés. Se han escuchado cánticos como «non ós peches» y los asistentes portaban pancartas que pedían que no se cerraran las oficinas y otras que tildaban al presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, de «ingrato».
El alcalde de Cerdido, Benino Galego, explicó que en su ayuntamiento «solo queda un cajero obsoleto que sufre bastantes averías» y subrayó que el municipio tiene «una población envejecida», y que, para ellos, utilizar la banca electrónica es «complicado». También denunció las dificultades para desplazarse a ayuntamientos limítrofes «por falta de transporte público».
«Queremos expresar la más rotunda oposición a esta política». «Están reduciendo las oficinas y el personal, en los últimos cinco años más de 100 oficinas han cerrado», ha expuesto el alcalde de Fene, Juventino Trigo, que ha instado a la Xunta y el Gobierno a «tomar medidas». «Lo que está haciendo Abanca está fuera de toda lógica», dijo. Por su parte, el alcalde de Zas, Manuel Muíño, ha manifestado que el cierre de oficinas es una «pérdida más» de servicios que llevan tiempo sufriendo y consideró que esta es «la gota que colma el vaso», ya que los bancos fueron «rescatados con dinero público». También ha señalado que la gente «está harta» de que los bancos «puedan hacer lo que quieren».
«Estamos ante otro atentado contra el rural, estamos hartos de que se llenen la boca de que quieren promocionarlo y luego nos metan estas puñaladas. No tenemos apoyo desde las instituciones, le solicitamos a la Xunta una reunión, porque si alguien puede frenar esta sangría es el presidente», el regidor de A Baña, José Antonio Pereira. A su vez, la alcaldesa de Vimianzo, Mónica Rodríguez, ha considerado que la repercusión es «tremenda» para sus vecinos por el cierre de la oficina de Baíñas, que además usan los vecinos de Dumbría y Zas. Junto al desplazamiento o las dificultades para usar la banca electrónica, también señala que este cierre afecta al pequeño comercio de la localidad.
Manuel Muíño, alcalde de Zas, explicó que su municipio es “rural, con una población pequeña, con sus comercios, sus bares… Y con un 70% de los vecinos clientes de Abanca, y también en torno al 70% son personas mayores, aquellas que entran al banco libreta en mano porque no tienen tarjeta”. El banco funciona, como ocurre en el resto de municipios, como motor económico, ya que cuando uno se acerca a hacer las gestiones que necesita aprovecha para comprar y consumir en la zona.
“Si nos quitan eso, ese dinamismo económico se traslada a otro municipio. Es fundamental porque este no es un servicio más de una empresa más, sino que hablamos de clientes cautivos porque en el rural no hay competencia ni alternativa. Es un servicio que perderíamos como muchos otros, y la gentes está muy enfadada. Yo mismo estoy muy enfadado y cansado de que nos tomen el pelo con campañas que dicen apostar por el rural”, aseguró Muíño.