Dicen que rectificar es de sabios. Aunque si esa rectificación llega considerablemente tarde y después de que el error fuese señalado por todos, lo sabio quizá hubiese sido hacerlo bien desde el principio. Porque con varios meses de retraso y tras provocar malestar en diferentes ámbitos, el Concello por fin dio su brazo a torcer y se comprometió a ampliar la gratuidad en las escuelas infantiles a las 8 horas para equipararse con lo que ofrece la Xunta de Galicia.
Hasta ahora la Rede de Escolas Infantís Municipais en A Coruña se había quedado en las 6 horas, algo que fue calificado como mala decisión desde diferentes asociaciones y también desde los grupos de la oposición, que temían salidas como la de la Carmen Cervigón, de Padre Rubinos, para incorporarse al sistema autonómico.
El Partido Popular fue de los más insistentes a la hora de hacer esta reclamación, con intervenciones prácticamente semanales recordando la importancia de adaptarse a lo que proponía el gobierno gallego. Entendían los populares que desde el Concello se recortaba el derecho a la igualdad y la conciliación al mantener el horario de 6 horas.
Por parte del gobierno de Inés Rey hubo excusas en su día, culpando a la Xunta por un cambio de última hora y dejando poco margen, e incluso críticas, manifestando dudas sobre la conveniencia de jornadas tan largas para los más pequeños.
Ni rastro de esas dudas aparecieron este jueves, cuando la alcaldesa y María García, de Marea Atlántica, presentaron el acuerdo que subsana, y también confirma, el error inicial y modifica el reglamento de la Rede de Escolas Infantís Municipais.
Lo presentaron, eso sí, en una comparecencia no exenta de tensión entre Rey y García. Marea Atlántica, muleta del PSOE durante toda la legislatura, se está acordando ahora de que al gobierno municipal le cuesta cumplir los acuerdos. Así, su representante mostró “insatisfacción co grao de cumprimento dos acordos asinados este mandato. Hai asuntos de enorme importancia que continúan sen avances”. Destacó también el recurrente abandono de los barrios: “Non pode ser que sexa máis difícil levar adiante os proxectos canto máis lonxe están do centro da cidade”.
Por último insistió en una de las amenazas que desde Marea Atlántica se viene lanzando en los últimos días, “o tempo das promesas acabou”, reproche público que no fue recibido de muy buen grado por parte de la alcaldesa.