La guerra sin cuartel del Concello de A Coruña contra los coches parece no tener fin ni tampoco conocer ningún tipo de piedad. Aunque ello suponga dificultar la movilidad de los vecinos de la ciudad, y los de fuera, en servicios tan esenciales como acudir al hospital.
La reducción de las plazas de aparcamiento, algunas paradas a tiempo por las protestas de los afectados, ha sido una constante a lo largo de este mandato de Inés Rey y la más reciente ha llegado en las inmediaciones del CHUAC. Este fin de semana, vecinos de la zona presenciaban sorprendidos como el último tramo de aparcamiento diagonal de la Avenida de Lamadosa – justo antes de llegar al complejo – estaba cortado por obras de lo que apunta a ser un nuevo carril bici.
En principio, el espacio antes dedicado a las plazas para automóviles, se dividirá ahora entre el propio carril bici y zona de aparcamiento en línea. Esto, obviamente, provocará la reducción de cerca de una veintena de puntos en el que dejar el coche, prácticamente a la mitad.
Esta última acción del gobierno municipal no sólo muestra poca sensibilidad con los vecinos de A Coruña, sino también con los miles de habitantes de gran parte de la provincia que cada día acuden a la ciudad por motivos médicos. La escasez de aparcamiento gratuito provoca incluso tráfico denso en horas punta, con el parking de pago – nada barato – como única alternativa viable.
Los problemas con el aparcamiento no son exclusivos del CHUAC, ya que este tipo de protestas de los coruñeses, y no coruñeses, se han repetido en los últimos años por acciones similares en el Materno.