Falta una semana para que empiece otra vez la batalla interna dentro del socialismo coruñés. Con las heridas de la última refriega -el pago (o, mejor dicho, el no pago) de las cuotas de afiliados de los altos cargos del Ayuntamiento coruñés- aún sin cerrar, la lista de representantes de la provincia para el Congreso Federal del PSOE se convertirá en el primer test para medir las fuerzas de los leales a Gonzalo Caballero y los próximos a Valentín González Formoso y su inseparable Lage Tuñas.
El 3 de septiembre es la fecha límite para que los interesados se postulen como cabezas de lista de la expedición coruñesa a Valencia, que estará conformada por un total de 16 personas. El candidato a encabezar la lista es el encargado de reunir los avales de la militancia.
Durante las últimas semanas, los dos bandos, temerosos de sus verdaderas fuerzas, escenificaron un amago de entendimiento que era imposible desde el primer minuto. El número de aspirantes a las 16 plazas es de al menos el doble y ninguno de los dos sectores del socialismo está dispuesto a ceder con sus incondicionales.
Así las cosas, el choque es inevitable. Esta semana González Formoso y Lage Tuñas viajaron a Madrid para obtener el plácet de Ferraz en su afán de desafiar el poder de Gonzalo Caballero, amparado por su tío Abel y su desprecio a todo lo que venga del norte de Galicia que no le rinda pleitesía. En el aire está el censo electoral. Las dos partes se han enzarzado en la legitimidad de los últimos coruñeses. En A Coruña ciudad ha sido muy comentada el alta sorpresiva de la familia beneficiaria de una céntrica (y polémica) concesión hostelera de la ciudad. Y también sorprende el domicilio de otras afiliaciones masivas que comparten domiciliación bancaria sin aparente relación personal.
En el sector próximo a Gonzalo Caballero se planea elevar al comité de disciplina los derechos de voto de los ediles y altos cargos que no han pagado sus cuotas a las agrupaciones locales conforme a lo aprobado en el Comité Federal de principios de año en la entonces bautizada como “directiva Lage” o “directiva Coruña”, tras las acusaciones de la dirección gallega contra la alcaldesa, Inés Rey, y su mano derecha por no abonar las cantidades fijadas en el reglamento del PSOE.
Por eso, el 3 de septiembre se verá si Pablo Arangüena y Valentín González Formoso miden sus fuerzas por ese liderazgo de la expedición coruñesa o no. De momento, las dos partes siguen atesorando artillería para la guerra sucia. Los dossieres ya están empezando a circular a gran velocidad. Y las sorpresas serán muchas.