Como si la inflación y el encarecimiento de la vida en general no fuese suficiente escollo, los comerciantes de la Plaza de Lugo tendrán que afrontar otro problema este otoño generado desde el ayuntamiento. Hace unos días se pusieron en marcha las obras para la pavimentación y asfaltado del tramo entre las calles Betanzos y Ferrol, lo que conllevará el corte de tráfico durante al menos un mes. Esto provoca que quede interrumpida la conexión de la calle Teresa Herrera con Padre Feijóo.
La preocupación es doble entre aquellos que regentan negocios en la zona. Primero por cómo puedan resentirse las ventas durante el periodo de obras ante la incomodidad para los clientes. Principalmente para aquellos que acuden en coche a los alrededores del mercado y que ahora tendrán más dificultades tanto en la movilidad como a la hora de buscar aparcamiento si no es empleando el subterráneo. Por otra parte está, sobre todo, lo que supone a nivel logístico, con una incertidumbre que se extiende tanto al tiempo que la calle esté cortada como al resultado de las propias obras.
Por supuesto, los comerciantes no son los únicos afectados. Los vecinos del entorno de la Plaza de Lugo también sufrirán las consecuencias de los cortes de tráfico en una zona que soporta gran volumen a diario. Hay malestar en ese sentido, pero también por la sensación de improvisación. Apuntan los afectados que el Concello no avisó del inicio de las obras y que, para colmo, el nuevo itinerario estaba mal señalizado.
La intención era que el tráfico que llegase desde la calle Teresa Herrera se desvíe hacia Fonseca para ahí llegar a Juana de Vega y poder acceder a Linares Rivas. De todas formas, no se descarta que en momentos de alto volumen de tráfico se pueda llegar a cortar también la propia Teresa Herrera en caso de que Fonseca no pueda absorberlo.