“Pues ahí os quedáis”, bramó. Y se fue. El concejal Francisco Dinís Díaz Gallego se agarró el pasado martes una ventolera en el Ventorrillo. El episodio, del que cada cual puede definir si es anecdótico o no, sirve para ejemplificar las duras relaciones interpersonales en el gobierno local, en realidad en un grupo municipal en el que a arias de las personas que lo integran se les ha reducido su dictado a la mínima expresión. Esther Fontán es una de ellas, pero en el homenaje de Pucho Boedo se hizo valer.
“A veces discutimos sobre especies arbóreas pero sobre Pucho Boedo no hay duda de que la experta es ella…”, apuntó el edil Díaz Gallego en un excusatio non petita, accusatio manifesta de libro. El concejal de Movilidad que tanto atiende a twitter tiene bloqueada en esa red social la cuenta de diSÍnoticias, pero apenas dos horas después de que se publicase la información sobre lo sucedido en el Ventorrillo hizo un comentario sobre ella, obviamente sin citarla. La publicación de Dinís, con la imagen que acompaña esta información y tomada esa misma mañana en María Pita, la hizo durante el pleno municipal, al que no semejaba estar muy atento.
Por más que algún aguador se empeñe en hacerle la rosca a Dinís, que al menos no niega lo sucedido, este diario digital jamás miente. Puede presentar la información, eso sí, de manera que a algunos incomode. “Su reacción es la confirmación de la noticia”, le explicó una fuente socialista a diSÍnoticias. Los detalles del sainete vivido el martes y del que fueron testigos bastantes personas apuntan como el edil de origen lucense había llegado apurado antes a la primera parte del homenaje, en A Silva. Allí llevaba los papeliños, dispuesto a leer unas líneas sobre Pucho Boedo. Pero pronto le aclararon que no era el momento, que allí no tocaba hablar.
Pese a llegar el último al lugar, Dinís se aplicó para colocarse en la foto. En las imágenes difundidas por el Concello se aprecia como en la apertura del acto en A Silva no había llegado y los únicos concejales presentes eran María García, Diana Cabanas, Francisco Jorquera, Miguel Lorenzo y Roberto Coira. Una vez incorporado se situó entre García y Cabanas, sacó su mejor sonrisa y se desplazó en el pasarrúas de los gaiteiros hasta el escenario ubicado en la calle Monasterio de Caaveiro. Allí se encontró con Esther Fontán, que le cerró el paso cuando pretendía subir al escenario. “Este es mi barrio”, le explicó ante el enojo de Dinís, que discutió de manera tan acalorada que llamó la atención de casi todos los allí presentes.
Fue entonces cuando zanjó: “Pues ahí os quedáis”. Y se fue sin que hubiera constancia de que se detuviese en la estación de bicicletas más próxima. En realidad son varias las personas en el grupo municipal socialista a las que ya les dijeron que ahí se quedaban mucho antes de que lo verbalizase Francisco Dinís Díaz Gallego en el Ventorrillo.