El pasado mes de mayo el concejal de Seguridad Ciudadana de Ferrol, el socialista Germán Costoya, presentó un nuevo despliegue: la implantación de la policía de barrio, un cuerpo conformado por 30 agentes de la policía local que en quince patrullas recorren a pie las diferentes barriadas de la ciudad departamental. Costoya aseguró que estaban ante “un hito histórico”, que se iban a localizar e identificar las zonas más problemáticas y prestar un valioso servicio a vecinos, colegios o establecimientos comerciales. La policía de barrio ferrolana también realiza informes sobre las deficiencias de la vía pública, tanto a nivel de mobiliario urbano como en cuanto, por ejemplo, a la existencia de baches
En febrero de 2010 el entonces alcalde de A Coruña, Javier Losada, aseguró que el concepto de policía de proximidad era “del siglo pasado”. Y explicó que los medios tecnológicos entonces existentes hacían posible que la policía se desplazase por toda la ciudad con prestancia. Losada explicó entonces que la seguridad en la ciudad debía adoptar un enfoque “poliédrico”. Mientras tanto, las grandes capitales europeas profundizaban en la idea opuesta.
La idea de una policía de barrio, aplicada en efecto el siglo pasado en Lugo o Santiago, ha sido largamente debatida en A Coruña, donde en 1997 se hizo una expriencia piloto con agentes de la policía nacional que se aplicó también en Vigo y Pontevedra. En 1988 había patrullas en 7 de las 34 circunscripciones en que se dividía administrativamente la ciudad. Pero no acabó de potenciarse a pesar de peticiones y reclamaciones.
Con el tiempo, el Partido Popular hizo bandera de esa iniciativa. Carlos Negreira la solicitó de manera reiterada durante su período como líder de la oposición en María Pita. En julio de 2013, ya con el PP en el gobierno local, 16 barrios coruñeses disponían de patrullas a pie. Ese año la policía local coruñesa detuvo a un 60% más de personas que el año anterior (166 contra 106). Delitos de violencia de género, contra la seguridad vial o robos con fuerza fueron los más atendidos durante ese ejercicio.
La llegada del equipo de gobierno de Marea Atlántica desactivó la policía de barrio. Inés Rey llegó a la alcaldía tras clamar contra “el olvido absoluto de los barrios por parte de Xulio Ferreiro”. En marzo de 2020, justo antes del confinamiento, desde el ayuntamiento se anunció que la presencia a pie de la policía en los barrios de la ciudad se retomaría en cuanto se engrosase la plantilla de la Policía Local. O sea, en 2021.
En pleno clamor por la inseguridad en la ciudad, las peticiones se disparan. También los reproches. “En su momento ya dijimos que era un error que la alcaldesa asumiese personalmente la responsabilidad de Seguridad Ciudadana y también ha sido un error que la delegase después de un año en el concejal despedido de Deportes”, explicó justo antes del verano Rosa Gallego, concejala del Partido Popular.
A finales del año pasado, A Coruña incorporó 24 nuevos policías locales. La plantilla ronda ahora los 360 efectivos, los mismos que cuando la policía de barrio patrullaba la ciudad. “Seguimos a la cabeza de las ciudades de Galicia con más delitos, según los datos del Ministerio del Interior, con un aumento de un 47% en robos con violencia e intimidación o un 40% en denuncias por tráfico de drogas», explica la concejala Rosa Gallego. “En el caso de las okupaciones ‑añade-, mantenemos una media de cinco al mes y, ante la inacción, cada vez son más los coruñeses dispuestos a tomarse la justicia por su mano. Eso es peligroso y, por supuesto, inaceptable”.