“A mí no me va a temblar la mano porque los vecinos tienen derecho a descansar”, explicó Inés Rey en una de sus habituales grandilocuentes sentencias. A estas alturas ya es sencillo colegir que son palabras vacías de contenido. Lo saben bien los vecinos del Orzán, que primero se organizaron para llamar la atención sobre los problemas en la convivencia que algunos locales de ocio nocturno generaban en el barrio. Los locales y sus clientes. Acudieron al ayuntamiento y se encontraron con la actitud habitual ante los problemas que afectan a los barrios: el lavado de manos. No era la primera vez porque Marea Atlántica jamás les contestó ni les recibió mientras estuvieron al frente del gobierno local. En su día decidieron eliminar el dispositivo de control de ocio nocturno, que los socialistas no recuperaron.
Tras meses de quejas y después de presentar pruebas de todo tipo sobre lo que sucede en el Orzán, el concello se avino a reconocer que había un problema. Por el camino, eso sí, hubo algún damnificado como Rubén Boullón, jefe de sección de mercados en el Ayuntamiento, que fue destituido tras significarse como directivo de la Asociación de Vecinos del Orzán. También en esa ruta hacia la búsqueda de alguna solución tuvo que terciar la Valedora do Pobo, que advirtió a la alcaldesa de que “a Administración competente non pode permanecer pasiva ante os problemas que a cidadanía expón”.
La Valedora reprochó en una misiva dirigida al Concello la ausencia de respuesta a los escritos y reclamaciones de los vecinos y le recordó “os seus deberes legais”. A finales de abril empezaron a cerrarse algunos locales del Orzán que no cumplían la normativa municipal de ruidos y se notificaron algunas trampas sonrojantes para sortear la legalidad. Ahora alguno reabre con el visto bueno de Urbanismo y han vuelto a correr por las redes sociales vídeos que muestran que el Orzán es, de madrugada, un barrio sin ley.
Mientras tanto la Asociación de Vecinos cada vez tiene más fuerza y tiene previsto organizar una asamblea el próximo día 27. “La gente y los locales tienen que saber que hay unas normas y todos los ciudadanos tenemos derechos. El que nosotros reivindicamos es el descanso nocturno”, apuntan.