Donde antes había una recta ahora hay una rotonda. Puede ser una cuestión de gustos, incluso una decisión que obedece al conocimiento de preclaros expertos en urbanismo. Lo evidente, a día de hoy, para un transeúnte es que donde antes había ágil circulación ahora hay un atasco. Ocurre en la intersección entre la Avenida de Arteixo y la Ronda Nelle, un nuevo punto negro para el tráfico en A Coruña, una intervención efectuada, según explica la alcaldesa Inés Rey, “perfectamente en tiempo y forma”.
En dos meses y medio de obras el tramo que generaba una conexión rápida entre el centro de la ciudad y los barrios de Os Mallos, Vioño y Sagrada Familia se ha convertido en una ratonera en el que en la mañana de este lunes se agolpaban los vehículos, la policía local se afanaba en aliviar el caos y los buses (especialmente el 11 articulado que lleva a Marineda) sufrían ante una rotonda que no se adapta a sus dimensiones.
Atrás quedó el fin de semana triunfal de Francisco Dinis Díaz Galego, consejero de Inés Rey y juglar de iniciativas urbanísticas a través de las redes sociales. “Iba a ser un caos la ronda (sic) de Nelle sin viaducto, iba a ser un caos la glorieta de Pérez Ardá, también cambiar de sentido Unión-Nicaragua… ahora le toca al nuevo cruce de Avenida de Arteixo. En fin, lo importante son los vecinos que triplicarán aceras y tendrán espacios verdes”, escribió en twitter a las pocas horas de abrir la nueva rotonda, orgulloso del batiburrillo de líneas, circunferencias y flechas que inundan la zona. También de que una de las palmeras de la zona no sucumbiese ante la reforma. Un reciente informe de Automovilistas Europeos Asociados apuntaba que en España se produjeron entre 2015 y 2019 un total de 45.153 siniestros con víctimas en intersecciones giratorias, con un aumento significativo en las glorietas urbanas (28,5%).
Mientras se aguarda a que los vecinos inunden la nueva travesía y circulen alegremente entre una bucólica arboleda al tiempo que saludan a los cicloturistas, el tráfico diario muestra una realidad más cruda. En un contexto, además, que no debía ofrecer complicaciones circulatorias porque vuelve a generalizarse el teletrabajo, se reducen los desplazamientos del transporte escolar y no aparece, por ahora, la lluvia. Aún así, por ejemplo quienes antes iban y venían desde el centro de la ciudad hacia la zona industrial y comercial de A Grela se ven obligados ahora a retratarse ante una rotonda que alberga embotellamientos por sus cuatro costados. Quienes bajaban desde Riazor y Agra del Orzán hacia Cuatro Caminos encuentran un tapón y los que realizan la ruta en sentido contrario han visto amplificados los problemas en el final de la cuesta de San Pedro de Mezonzo, donde semáforos y giros ya poco ayudaban a la fluidez del tráfico.
Mientras en la Ronda de Nelle la situación se ponía seria y los buses tenían problemas para maniobrar en la nueva rotonda, el consejero que hasta hace dos semanas se presentaba en su perfil de twitter como “coruñés de Lugo” y ahora lo hace como “coruñés de Coruña” se aplicaba para mostrar que su capacidad excede la temática urbanística: “Creo que los medios deberían bajar el diapasón del tema covid”, reflexionaba sobre lo que considera una “hipérbole” a la hora de informar sobre la prevalencia de la sexta ola de la pandemia. En cuanto a la materia por la que recibe una remuneración de 51.691,26 euros como consejero técnico de la Concejalía de Urbanismo, Vivienda, Infraestructuras y Movilidad, Díaz Gallego apunta ahora a que vuelvan los peces al estanque de Méndez Núñez.