Llevan más de cien años de presencia en A Coruña y ahora pesa sobre ellos, por parte de los gestores de la Orden, un aviso de supresión y traslado para el próximo mes de septiembre. Los Capuchinos quieren cerrar su comunidad en la ciudad, conocida por ser una de las más vivas y activas. Apuntan sus jerarcas que la iglesia sólo se puede mantener abierta si disponen de cinco sacerdotes. Ahora hay dos, los padres Rosendo y Tejerina, que aseguran que no tienen problema en seguir trabajando como hasta ahora y cubrir todas las necesidades de la parroquia. Este lunes está prevista una importante reunión de una representación de feligreses con el responsable provincial de la Orden para encontrar una solución.
Los vecinos se han activado y se ha iniciado una recogida de firmas y de comunicaciones a través de la sección de “contacto” de la web www.hermanoscapuchinos.org
Además se están realizando diversas concentraciones en a puerta de la iglesia, ubicada en la calle Federico Tapia, tras las misas dominicales. A nivel político el anuncio de cierre también ha causado conmoción. “Es un error absoluto. No es sólo una iglesia sino que hay detrás una importante labor social y cultural que se lleva haciendo décadas”, explica la alcaldesa Inés Rey. Todo ese trabajo, incluido el de catequesis, coro, voluntariado, formación musical o la colaboración con Cáritas desaparecería. El Partido Popular, a través de su portavoz Rosa Gallego, ha trasladado también su solidaridad a feligreses y vecinos y ha puesto a disposición su sede en la calle Sánchez Bregua como punto de recogida de firmas para tratar de evitar el cierre.
Este domingo, después de la misa de 12, volverá a haber concentración ante la iglesia. Numerosos que no son habituales en los servicios religiosos se han acercado hasta allí para mostrar su apoyo a la continuidad de los Capuchinos en la ciudad.