Naturgy ha realizado este martes la voladura de la caldera de su antigua central térmica en Meirama, en el municipio coruñés de Cerceda, dentro del proceso para derribar lo que quedaba de las instalaciones. Fue sobre la una de la tarde, en apenas unos segundos y en base a un protocolo de emergencias previamente establecido, en el que figuraba el desalojo de varias viviendas y corte de la carretera.
Con anterioridad, la empresa ya había derribado la altísima chimenea de 200 metros que había en las instalaciones y que tenía más de 40 años de existencia, sin que se produjese ninguna incidencia más allá de una amplia polvareda negra que afectó a todo el entorno.
La operación se llevó a cabo, según apuntó entonces la empresa, “con las máximas medidas de seguridad, el mínimo impacto ambiental y con un cumplimiento riguroso de la normativa vigente”. Hace ya más de tres años que la central térmica de Meirama, en Cerceda apagó sus instalaciones. Construida en las inmediaciones de un yacimiento de lignito, en su día fue una de las más importantes de España. Su potencia bruta era de 580 megavatios. En ella llegaron a trabajar unas 200 personas, entre empleados directos y de auxiliares.
El proyecto de desmantelamiento de la central térmica de Meirama fue presentado en junio de 2019 ante el Ministerio de Transición Ecológica y se optó “por una demolición selectiva”, que permite “rentabilizar en lo posible los materiales susceptibles de reciclaje y genera un menor impacto ambiental que el que produce una demolición convencional”, según explicó la compañía. El cierre de la planta se enmarca en una transición hacia un modelo energético y económico más “limpio y eficiente”.