El desplome se ha consumado y Alvedro ya es el aeropuerto con menos tráfico de Galicia. Agosto, el mes de la recuperación turística, se cierra hoy, salvo inesperada invasión aeronáutica, con 586 vuelos comerciales de pasajeros, por debajo de los 1.786 de Santiago, que se sitúa en cifras similares a las anteriores a la pandemia y los 644 de Peinador, que regresa a cotas alcanzadas en 2019. Mientras en A Coruña el concejal de Turismo, Juan Ignacio Borrego, se sumerge en excusas cuando no directamente desaparece, en Santiago y Vigo se han puesto manos a la obra. En Alvedro ya no aterrizan ni el 20% de los vuelos que hacen tierra en Galicia.
El descalabro se explica desde la inacción. Vigo, ubicado entre dos potentes aeropuertos como Santiago y Porto, ha trabajado para captar la atención de aerolíneas como Air Nostrum, especializada en los desplazamientos nacionales, justo los que cobran auge en el contexto actual. Alvedro ni está ni se le espera en ese escenario y tampoco en el de los vuelos internacionales. El enlace con Heathrow es historia. Desde Galicia ya sólo se puede volar al exterior (Londres incluido) desde Lavacolla.
Las últimas noticias sobre Alvedro apuntan a la intención de Aena de negociar el cierre en horario nocturno del aeropuerto coruñés mientras el edil Borrego se afana en advertir que nada es definitivo y que desde su departamento se trabaja para recuperar conexiones o conseguir nuevos enlaces.
Alvedro es una herramienta clave para desarrollo económico de A Coruña y su entorno en un momento en el que la llegada el AVE ofrecerá nuevas opciones y arrojar dudas sobre el aeropuerto, pero también se presenta una oportunidad de crecer si se considera que la ciudad seguirá a más de tres horas de Madrid.