Tras haberlo anunciado con bastante anticipación todos los grupos políticos del ayuntamiento, excepto el socialista, A Coruña empieza 2023 sin presupuestos, una dejación que linda con la irresponsabilidad y que alerta sobre la ausencia de un proyecto para la ciudad. El 30 de diciembre la Junta de Gobierno Local, que convocó al resto de fuerzas apenas unos minutos antes de la reunión (en su día el edil Lage Tuñas explicó en un pleno que deberían de estar agradecidos de que les inviten a esas Juntas) aprobó la prórroga del presupuesto anterior, algo que sucede por segunda vez en el mandato de Inés Rey. Estas son las consecuencias que se derivan de ello:
Paralización de nuevas inversiones. Los proyectos que estaban previstos para 2022 y que no fueron puestos en marcha durante el año pasado no podrán hacerse ahora. Tampoco, obviamente, se podrán iniciar otros nuevos. La ciudad se detiene.
Entidades y asociaciones se quedan sin financiación municipal. Cientos de entidades sociales, deportivas o culturales de A Coruña reciben dinero del ayuntamiento para poder realizar su actividad. Sin presupuesto no podrán recibirlo. Especialmente sangrante es el recorte en gasto social. Sólo en el servicio de Ayuda a Domicilio se dejará de invertir tres millones de euros
Menos inversión en obras. El ayuntamiento se ha enfrascado en los últimos meses en una deriva imparable de gastos en obras que no son más que maquillaje para opacar que, por ejemplo, ahora mismo dejará de gastar más de 52 millones de euros en la ciudad. La situación ya era dramática si se considera que 4 euros de cada 5 destinados a mejorar el día a día de los coruñeses ya estaban quedando en el cajón del ayuntamiento por la incapacidad de sus gestores.
Mientras tanto los impuestos y las tasas municipales subieron un 6% durante 2022 y repercuten en el bolsillo de los coruñeses.