Los reflectores no dejan de alumbrar a José Manuel Lage Tuñas, que por lo que se aprecia a pocos deja indiferente. El portavoz municipal del gobierno socialista de A Coruña fue el protagonista de la matinal de este miércoles en las calles coruñesas, que aparecieron sembradas de centenares, quizás miles, de pasquines dedicados a glosar una parte de su currículum y a reproducir titulares de informaciones sobre él publicadas en diversos medios de comunicación.
El pasquín, a todo color e impreso por ambas caras, apareció en los parabrisas de coches, en puertas y buzones, bajo las puertas de establecimientos… Se convirtió en viral en pocas horas porque se transmitió a través de mensajería o de redes sociales. Mientras un sector de la población se preguntaba por el motivo de tanta atención, hubo quienes también elucubraban sobre quien o quienes pueden estar detrás de un despliegue tan poco común en la era digital.
El empapelamiento llega en la semana de las primarias para secretario general del PSdeG, un proceso en el que Lage ha jugado un papel medular como armador de la candidatura de Valentín González Formoso. El ruido en torno a esa candidatura podría beneficiar al actual líder del partido en Galicia, Gonzalo Caballero. Pero parece muy evidente que nadie situado en esa otra acera iba a provocar una iniciativa de este tipo que no va dirigida al votante de las primarias sino a la población en general.
No parece que está vez valga lo de cuerpo a tierra que vienen los nuestros, así que los más afectos a Lage disertaban esta mañana sobre la capacidad de movilización de varios colectivos que litigan con el edil por cuestiones referentes a personal y negociaciones en el ayuntamiento. Pero nadie puede seguir, con certeza, un rastro.
Los pasquines pueden ser obra, en fin, de un particular descontento, con tiempo, imaginación y algo de dinero para realizar una performance de este tipo. Porque por más que Lage haya apuntado durante el día su intención de denunciar lo sucedido, a la vista del pasquín no se aprecia nada especialmente sancionable, más allá de lo que supone llenar las calles de papeles.
En la publicación se apunta un somero currículum del concejal y se detalla, eso sí, sus áreas de influencia en el ayuntamiento, que tienen que ver con economía, hacienda, presupuestos, contratación, personal y recursos humanos, innovación y modernización tecnológica, patrimonio y concesiones municipales, interior y atención ciudadana, informática, intervención general, tesorería y gestión tributaria. En letra más pequeña (tanto que no resulta apta para gente con la vista cansada) se detallan las entidades en las que participa. Así, el edil nacido en Outes es miembro del Consejo de Administración de Emalcsa, representante municipal en la Asociación Rede Impulso, en la Red Española de Ciudades Inteligentes, en la de Dinamización Lingüística de Galicia y en el Consejo Territorial de la Propiedad Inmobiliaria. Además forma parte del Grupo de Acción Local del Sector Pesquero y es consejero de Nedgia, la distribuidora de Naturgy.
Al margen de todo eso, en A Coruña hay una alcaldesa.
No es pequeña la cuota de poder que acumula Lage, como tampoco lo es la relación de personas, entidades o colectivos a las que afectan sus decisiones. Quien, o quienes, pagaron la impresión y reparto de los pasquines tiene pinta de que no le quieren bien, pero en la hoja a doble cara no van más allá de reproducir hasta diez titulares publicados en medios de comunicación como La Voz de Galicia, La Opinión A Coruña, Europa Press, El Ideal Gallego, ABC, Público, El Mundo, Economía Digital, El País o Faro de Vigo.
El pasquín aporta además una ilustración difundida en su día desde Marea Atlántica en la que pedía a Lage que renunciase al dinero que ingresaba cada mes en dietas, que como percepciones extrasalariales están exentas de cotización y de tributación. En la ilustración de la Marea apuntan a que Lage, que también es diputado provincial, cobra por ese concepto 4.000 euros al mes, información publicada también en diversos medios.
A un político con ansia de proyección siempre le resulta agradable salir en los papeles. Y si es cuidadoso y celoso de lo que se escribe en ellos incluso trata de sintonizar con ellos. Pero hay ríos informativos que llevan demasiado caudal como para embalsarlo.