El que fue alcalde de Coristanco entre 1991 y 2015, Antonio Pensado, acusado de prevaricación, malversación y fraude, ha alegado en el juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña que eran los funcionarios los que encargaban materiales y gasóleo a las empresas y no él, que, según ha dicho, sólo firmaba los pagos porque no tuvo “ningún tipo de advertencia”.
Según recoge un escrito del Ministerio Fiscal, Pensado se habría aprovechado para su uso personal de tres entregas de hormigón que iban destinadas a obras municipales en el año 2011 en la parroquia de Seavia. El material fue recibido por su esposa y por su hijo, que se enfrentan a una pena de cinco meses de cárcel y 800 euros de multa, además de una inhabilitación para cargos públicos de cinco años y seis meses.
Además, la Fiscalía también acusa al exregidor de contratar el suministro de gasóleo para las instalaciones municipales a un precio muy superior al del mercado. Por todo ello, el Ministerio Fiscal pide una pena de cinco años de cárcel y 27 de inhabilitación (19 como alcalde o concejal y otros ocho para cualquier cargo o empleo público).
En la sesión, Antonio Pensado ha defendido su “honradez ejemplar” durante sus años como mandatario y ha sostenido que la obra para la que se pidió el hormigón era pública, aunque ha precisado que estaba a unos “50 o 300 metros” de su vivienda, en la parroquia de Seavia. Los trabajos, según ha narrado, consistían en cubrir de hormigón unos tubos en un camino.
“Le digo con toda seguridad que no llevaba yo ese contrato”, ha enfatizado el exregidor, que ha justificado que él firmaba los pagos que llegaban a la Alcaldía “con informes de funcionarios”. Estaban ordenados, añadió, “por el departamento de financiación”, el cual “jamás” le dio “ningún tipo de advertencia'”. Además, apuntó que “no hay un contrato” porque era una obra “pequeña” y se hizo “de urgencia”.
Respecto a la cuestión del gasóleo, que según la Fiscalía se contrató a un precio hasta tres veces superior al normal, Antonio Pensado ha subrayado que él nunca pidió el combustible.
!Yo jamás hablé de gasóleo ni con esa empresa, ni con otra empresa!, ha remarcado el acusado, que agregó que solo se percató de que el precio era exageradamente alto cuando las facturas le llegaron informadas. “Para mí los informes de los funcionarios públicos son sagrados”, recalcó.
“Firmé porque cuando vino el hormigón estarían los obreros tomando el bocadillo”
Por otra parte, la mujer de exalcalde, para quien la fiscal solicita cinco meses de cárcel y cinco años y medio de inhabilitación, alegó que no recuerda si firmó en concreto el albarán de entrega del hormigón, pero ha defendido que ella, en general, no firmaba nada del Ayuntamiento. “En esos temas no tengo nada que ver”, puntualizó. “Si lo firmé sería porque cuando vino el hormigón estarían los obreros tomando el bocadillo y estaría yo por ahí”, ha señalado.
Mientras, el hijo del exalcalde, que es funcionario municipal y trabajador de la brigada de obras, explicó que firmaba albaranes “todos los días”. También, ha apuntado que no recuerda la cantidad que se pidió, ni si lo hizo en esa obra concreta. Preguntado por si el hormigón se destinó a usos propios, el encausado respondió: “No, ni muerto”.